Por Luis Trelles
Una de las cinco películas finalistas para competir por el “oscar” de mejor cinta en lengua extranjera que anualmente concede la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, A Royal Affair, es otra incursión del cine en la historia. Su director, Nicolaj Arcel ( King’s Game, Island of Lost Souls) presenta en la película un suceso perteneciente al siglo XVIII, que le sirve de inspiración.
El evento en que se fija el filme ocurrió en el reinado de Cristián VII, monarca danés aquejado de esquizofrenia que ocupó el trono entre 1766 y 1808, especialmente los años iniciales de su reinado cuando contrajo matrimonio con una princesa inglesa, Carolina Matilde, y ejerció gran poder sobre él su médico, el alemán Johann Struensee, que formó parte de su consejo de gobierno y murió decapitado al acusársele de mantener una relación adultera con la esposa del monarca. La reina fue desterrada a Alemania, privada de volver a ver a sus hijos y su matrimonio fue anulado.
Sobre estos hechos el director Arcel nos ofrece una película en que minuciosamente y a base de un ritmo lento, que se atempera a la época descrita y a la vida palaciega, narra tales acontecimientos.
La cinta está vista desde la perspectiva de la reina exilada que le escribe a su prole su versión de lo acaecido. Conocemos así su matrimonio, desgraciado desde sis inicios, por los arrebatos del rey. En esta parte sobresalen tanto la cruda escena del comienzo de su relación íntima con el monarca como la abrupta y desconsiderada conducta del rey al interrumpir el recital de piano ofrecido por su esposa, ante la presencia de toda la corte.
La llegada al palacio como médico personal de Struensee y su ascenso e influencia sobre el monarca hicieron posibles cambios sociales que aliviaron un tanto la opresión que sufría la población en una nación considerada la “monarquía más absoluta de Europa”.
Paralelamente la atracción entre la joven reina y Struensee culminaría en el fogoso romance entre ambos, haciéndose pasar a la hija de esa unión como descendiente del monarca. Cristián VII al conocer los hechos toma las terribles decisiones que tanto le costarían a los amantes: la ejecución en un caso y el destierro y separación de su prole en el otro.
Ejemplo de un tema y un tratamiento cinematográfico muy apartado del modelo norteamericano imperante, A Royal Affair cuenta con convincentes actuaciones ofrecidas por sus protagonistas, Alice Vikander, Mads Mikkelsen y Mikkel Boe Folsgaard que asumen los papeles de la reina, el médico y el monarca y con una puesta en escena impecable, transmisora tanto de un realismo evidente como del lujo y suntuosidad imperantes en la corte y que se manifiesta en la aristocracia.