Por Luis Trelles
Uno de los cinco largo-metrajes de animación nominados en la categoría correspondiente, Chico y Rita, dirigida por el realizador español, Fernando Trueba (realizador de Belle Epoque y La niña de tus ojos, entre otras cintas), es una co-produción que reproduce el ambiente farandulero (músicos y cantantes populares cubanos) de La Habana en la época previa a la revolución), a la vez que describe la pasión amorosa que despierta en Chico, un excelente pianista, la presencia voluptuosa de Rita, intérprete de ritmos populares.
Chico recuerda esa pasión en la capital cubana, una ves que regresa a la Isla tras la estancia en Nueva York y las giras por Europa. El hombre ha cambiado pues -ya entrado en años- vive pobremente en La Habana vieja mientras ejecuta trabajos como el de limpiabotas en las calles de la ciudad.
Como Chico, La Habana ha cambiado y se ha transformado de “paraíso” de turistas norteamericanos en busca del placer sexual en bares y locales semejantes, en ciudad “revolucionaria” bajo el régimen castrista.
Chico y Rita es por tanto un largometraje de dibujos animados para adultos dado el ambiente antes descrito y las escenas de carnalidad que tienen como protagonistas a la pareja central. Ambos se separan para seguir senderos diferentes aunque siempre incidiendo en lo sexual en las oportunidades en que se producen sus encuentros.
El regreso de Chico a Las Vegas donde vive Rita, igualmente empobrecida, y el reencuentro con su amada pone punto final a una historia tantas veces trabajada por el medio cinematográfico.
Como cinta de animación, Chico y Rita se distingue sobre todo por lo logrado de la recreación de ambientes, bien se trate de la capital cubana o de la ciudad de los rascacielos. Es digno de citarse el contraste que se da en el filme entre un Nueva York soñado por Chico, que parece copiado del visto en la películas y el real. El primero es todo lujo, color y candilejas. El segundo, en cambio, es mucho más dramático, presentado a base de colores oscuros que reflejan una muy distinta realidad.
A más de la ambientación, el filme se destaca y de qué manera por su música y sus canciones. Se corresponden con lo mejor del repertorio de la época, la de los años cuarenta y cincuenta, anterior al triunfo de la revolución.
La animación, a su vez, sobresale por sus rasgos de fuertes trazos que reflejan muy bien el entorno y sus personajes. Es muy diferente a la decantada y pulida que se imponía en el mismo paríodo en el cine norteamericano.