Por Luis Trelles
El documental de largo metraje es un género que no sólo goza de respetable antigüedad sino que ha sido reconocido en todo el mundo por festivales dedicados a esa clase de películas e, inclusive, la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas estableció una categoría para ese tipo de producciones, premiándolas con el correspondiente “oscar”.
Como consecuencia de esa antigüedad el documental ha atravesado por diferentes periodos y contó, tan temprano como en los años veinte y treinta del pasado siglo, con un documentalista extraordinario, Robert Flaherty, creador del documental “poético”. En nuestro tiempos dos tipos de documentales que abundan son el biográfico y el político. Puerto Rico no ha sido ajeno a ese florecimiento del documental y uno de los acervos más valiosos del país viene constituido por los documentales surgidos de la División de Educación de la Comunidad.
Hoy, el documental sigue cultivándose asiduamente y se hace presente en nuestras salas de cine como lo evidencia la cinta que reseñamos. Titulada 1950: La insurrección nacionalista esta película documental, dirigida por José Manuel Dávila Marichal, nos ofrece no sólo la recreación de sucesos trascendentales, ocurridos a mediados del siglo pasado, sino que va más allá y establece el perfil biográfico del dirigente máximo del movimiento nacionalista, Don Pedro Albizu Campos. A más de ese acercamiento biográfico este documental reafirma que la isla ha sido colonia desde que sucedió en el año 1493 lo que se llamó “descubrimiento” de Puerto Rico y hoy se considera como el encuentro y choque de culturas.
Este documental utiliza con eficacia recursos tradicionales del género como las noticias aparecidas en periódicos, los dibujos, las caricaturas y la animación, contribución esta última de Poli Marichal, y sobre todo, las entrevistas a sobrevivientes de aquellos eventos. Esa combinación de recursos, los del pasado y los del presente, representados por las entrevistas, hace que el filme cuente con una excelente fotografía que se hace evidente en las entrevistas así como en la animación. Los materiales primarios como los procedentes de los periódicos de la época resultan encomparación menos pulidos.
Emplea también el filme la grabación para dejar oír la voz de Albizu Campos en ciertos pasajes y concluye con una reunión entre los dos participantes en esa insurrección, el nonagenario Ricardo Díaz Díaz y Heriberto Marín, algo más joven que él. Ofrecen a través de sus testimonios un relato vibrante de su participación y se abren al recuerdo en homenaje a dos mujeres que fueron grandes influencias en sus vidas, la madre, en el caso de Díaz Díaz, y la esposa, en el testimonio ofrecido por Marín. 1950: la insurrección nacionalista es un documental que recrea para nuestro tiempo unos eventos que forman parte de la historia de Puerto Rico en el siglo XX.