Por Luis Trelles
El enigma, la ambigüedad y la contención caracterizan a 45 Years, cinta en la que bajo la dirección de Andrew Haigh, Charlotte Rampling y Tom Courtenay asumen los roles principales.
Caracterizan a Kate y Geoffrey Mercer, un matrimonio inglés ya entrado en años que se propone celebrar 45 años de casados. La película está estructurada a base de presentar lo que acontece en los días previos a esa celebración, comenzando por el lunes de la semana que culminará el sábado con la fiesta del aniversario.
Cinta intimista, son pocos sus personajes y los escenarios se reducen a la casa del matrimonio, algunas escenas exteriores que ocurren en el campo o en la vecina ciudad, a la que acude Kate en busca de los últimos preparativos, y -finalmente- en el salón de fiestas en que transcurre la misma.
Como consecuencia de esta escasez, el filme resulta uno de suma concentración en que las tomas permanecen ante los espectadores por más tiempo de lo habitual a fin de que los mismos se inmersan en la trama y sus incidencias.
Esta tiene que ver con la recepción por parte de Geoffrey de una carta procedente de Suiza en la que se le informa de la aparición de un cadáver que ha permanecido por mucho tiempo bajo la nieve y que está a punto de emerger a la superficie.
Se le invita a que viaje al lugar ya que la difunta que yace atrapada bajo los hielos es Katya, su compañera de aventuras con la que quizás estuvo casado en sus años de juventud, cuando se enamoró de ella. El conocimiento progresivo de los detalles de esta relación va suscitando en Kate reacciones diversas que alcanzan su clímax al encontrar en el desván de su residencia una película casera filmada por Geoffrey, centrada en Katya. Es el punto culminante del deterioro por parte de la protagonista de esa unión matrimonial que parecía hasta esos sucesos muy feliz. La celebración del aniversario cierra el filme confirmando las caractarísticas señaladas al comienzo de esta cinta.
La cinta que difiere de los estrenos habituales, ricos en acción y movimiento, está dominada en lo formal por dos actuaciones, ofrecidas por esos dos intérpretes británicos de larga presencia en el cine que son sus figuras centrales. Tom Courtenay encontró en los años sesenta uno de sus más recordados papeles en un filme de aquella época titulado The Loneliness of the Long Distance Runner (1962) en tanto que Charlotte Rampling, nominada pora optar por el Oscar de mejor actriz protagónica por la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas por su rol en esta cinta, cuenta a su haber con una serie de roles de suma audacia como el interpretado junto a Dirk Bogarde en The Night Porter que la hicieron destacarse en el panorama fílmico de su tiempo.
Hoy encuentra en el rol de Kate uno de sus mejores papeles por la sutileza aliada a la intensidad que revela en la pantalla. Comunica así a los espectadores sus cambiantes estados de ánimo y, a la par, el deterioro de esa realación conyugal, eje del filme.