Por Luis Trelles
Película argentina cuya realización ha sido posible por la colaboración entre varias empresas y la ayuda recibida en España, este filme puede considerarse una co- producción hispano-argentina.
El final del túnel es un “thriller”, ya que se caracteriza por la tensión manifiesta que puebla sus imágenes, Esta última nota se evidencia en el ambiente cerrado, opresivo en que sucede la acción de la cinta y en la abundancia de escenas nocturnas. Ambos rasgos se completan con un tercero. Viene dado por lo siniestro y brutal que se manifiesta plenamente en varios de sus personajes y en el protagonista del filme.
Este, un ingeniero reducido a una silla de ruedas, recibe un día la inesperada visita de una mujer, Marta que le quiere alquilar una habitación de su vivienda y que viene acompañada de su pequeña hija, que no habla a pesar de no ser muda.
Marta es una bailarina exótica que trata de seducir a su casero. Joaquín, ese es el nombre del personaje central, se pasa buena parte de su tiempo en el sótano de su casa, oyendo las conversaciones que a través de la pared que separa su residencia de la contigua, le permite conocer los planes de los maleantes que se proponen asaltar el banco vecino.
Con todos estos personajes y con la doble situación que presenta el argumento, el director del filme construye una cinta rica en estilo. En ella abundan las escenas de una violencia brutal.
Se suceden las sorpresas siendo la mayor y más inesperada aquélla a que alude el título de la película: lo que ocurre cuando tras el robo, los asaltantes intentan salvarse de una inundación que amenaza sus vidas y el protagonista tiene que enfrentarse en su propio domicilio con los maleantes.
El modo como se las ingenia para salir indemne del peligro de muerte que le esperaba, constituye la mejor parte del filme.
Al final del túnel ha sido dirigida por Rodrigo Grande y lleva en los papeles principales a Leonardo Sbaraglia y Clara lago. Esta última, actriz española vista recientemente en las comedias Ocho apellidos vascos y Ocho apellidos catalanes.
Filme sorprendente, Al final del túnel es de las pocas cintas argentinas que se estrenan entre nosotros. Revela un cine muy diferente de aquél que se hizo en el siglo pasado, momento en que se imponían las estrellas y las producciones de esa nación seguían el modelo sentado por el poderoso cine norteamericano. Se caracterizaban esas películas por ser representativas de un cine del sentimiento, sentimiento que se apoderaba aún de las cintas protagonizadas por Libertad Lamarque llamada por algún crítico “la lágrima que canta”.