Por Luis Trelles
Los personajes tomados de las tirillas cómicas fascinan al cine actual dado el alto rendimiento que alcanzan estas producciones. Sobresalen en efectos especiales y en las más recientes técnicas auditivas y visuales y deslumbran a un público compuesto en gran medida de jóvenes. De ahí que cada año al aproximarse el verano comiencen a exhibirise películas de esta clase.
El ejemplo más reciente es el de Batman vs Superman: Dawn of Justice que, a un costo que se calcula en 250 millones de dólares, ofrece como gran atracción- tanto a su inicio como a mediados de su tiempo de proyección y a su conclusión- situaciones que descansan, sobre todo, en ese despliegue casi incesante de los recursos antes mencionados.
Esta nueva entrega de personajes pertenecientes al mundo de lo mítico-popular ha sido dirigida por Zack Snyder y llevan en los papeles titulares a Ben Affleck, que asume el rol de Batman y Henry Cavill, que se convierte en Superman. El enfrentamiento de estos superhéroes tiene que esperar a la casi terminación de la película pues uno de ellos (Batman) es una especie de vigilante y el otro, (Superman), aparece como un hombre de bien, que no quiere hacerle daño a nadie. Ambos se ven envueltos en una complicada trama que los enfrenta y en la que interviene como el gran enemigo, Lex Luthor (interpretado por Jesse Eisenberg). En el papel femenino de mayor importancia, figura Amy Adams. Hay otros nombres en el reparto de esta cinta que conocieron mejores tiempos y que hoy- posiblemente por razón de edades- han quedado relegados a roles secundarios. Son Jeremy Irons, ganador del Oscar en el año 1990 por su papel en Reversal of Fortune y Holly Hunter intérprete central de The Piano, película que le mereció el Oscar de mejor actriz protagónica en 1993. Asumen los roles de Alfred, el ayudante y saca-apuros de Batman y el de una senadora de los Estados Unidos que investiga los extraños sucesos que mantienen a la ciudad gótica, al borde del mayor peligro. Se deben al genio maligno de Luthor que cuenta para triunfar en sus planes con un metal procedente del planeta Krypton y con un monstruo, remedo del King Kong de los años treinta, que con formidable fuerza se enfrenta a los dos superhéroes. Estos, además, cuentan con la ayuda que les brinda la mujer maravilla, que sorpresivamente hace su entrada en el filme.
Hay, además, una intervención por sorpresa ofrecida por un actor que devenido director en los años noventa fue igualmente premiado por la Academia de Artes y Ciencias Cinematogáficas. Hace una brevísima aparición ya mediada la película.
Batman vs Superman es el ejemplo del tipo de producción que abundan el cine de Hollywood de nuestros días. En ella lo espectacular, lo fantástico y lo increíble se apoderan todopoderosos de un filme en el que los actores- un reparto, como puede apreciarse, rico en nombre famosos del cine- quedan supeditados al poderío hasta hoy indiscutiblemente de los efectos especiales y sus aliados, las nuevas técnicas. Son en últimas instancia los que determinan la filmación de estas películas y a los que todo queda supeditado.