Por Luis Trelles
El notorio criminal James ‘Whitney’ Bulger llega a la pantalla a base de la película Black Mass, convirtiéndose así este filme en un nuevo aporte a la creciente filmografía sobre delincuencias del cine norteamericano, una nómina de cintas que cuentan entre sus biografiados a figuras como Capone, Dillinger o Bonnie and Clyde.
En el caso de Bulger su carrera delictiva lo sitúa en su Boston natal, específicamente en la zona de South Boston donde se hizo sentir a partir de 1975 y hasta 1995, año en que fue enjuiciado y encontrado culpable de once asesinatos a más de tráfico de drogas y extorsiones de todo tipo. Bulger se dio a la fuga hasta que en 2006 fue arrestado en California y comenzó a cumplir dos sentencias de cadena perpetua.
Black Mass es una cinta dirigida por Scott Cooper, el realizador de Crazy Heart y lleva como protagonista a Johnny Depp, figurando en el elenco del filme ese excelente actor inglés, Benedict Cumbatcher así como Joel Edgerton.
La cinta, de trama complicada, revive en forma brutal la violencia de esta figura del mundo delictivo y la presenta de modo ambivalente. En la mayoría de sus escenas Bulger es insensiblemente brutal y dado a la violencia extrema que se manifiesta en las numerosas muertes de que es autor.
En otros pasajes ambivalencia antes mencionada lo muestra como hijo atento a su madre y padre dedicado, por lo que las muertes tanto de su pequeño hijo como de su progenitora lo afectan profundamente.
El argumento descansa en una vieja fórmula del cine gangsteril. Consistente en presentar la suerte de los dos hermanos Bulger como diametralmente opuestas ya que el hermano menor llegó a ser congresista y, más tarde, presidente de universidad, cargo del que fue depuesto al conocerse de sus contactos con su hermano prófugo.
Un tercer personaje de relevancia lo es John Connelly, amigo de los hermanos Bulger desde una infancia compartida en South Boston, quien al servicio del FBI logró ayudar a ‘Whitney” Bulger de manera increíble, haciéndolo pasar como informante para esa agencia investigadora mientras él se beneficiaba económicamente.
La caída de ambos pone fin a la cinta que concluye con las fotografías de todos los miembros de la banda y ofrece datos de sus condenas.
Lograda en todos los aspectos gracias al esfuerzo cooperativo de los responsables de aportes tan fundamentales cómo la fotografía, que a menudo se vuelve sombría por la abundancia de escenas nocturnas; la edición, la música que refuerza las distintas situaciones a través de una partitura que puede volverse inquietante en ciertas escenas o nostálgica en los momentos de dolor cómo aquellos que muestran la crisis del protagonista y sobre todo, por las actuaciones.
Se impone la de Johnny Depp, intérprete ‘camaleónico’ como ninguno, según lo evidencia su extensa filmografía. En esta ocasión adquiere un nuevo aspecto, tal cómo conviene al personaje que interpreta y brinda una caracterización de gran intensidad, mostrándose colérico y brutal y capaz también de evidenciar sentimientos de afecto y aflicción.