Por Luis Trelles
Pierre Boulle, escritor francés y autor de Planet of the Apes, es el responsable en primera instancia de que se hayan hecho una sucesión de películas basada en su obra de ciencia ficción. Esta colección ha desfilado por las pantallas del mundo a partir del año 1968.
Esa fecha es la del estreno de la primera cinta así titulada. Llevaba como protagonista a Charles Heston y en su reparto figuraban Kim Hunter y Maurice Evans. Su trama situada en el futuro se centraba en el personaje interpretado por Heston, cabecilla de un grupo de astronautas sobrevivientes que incursionaban por el planeta en que los simios eran amos y señores y los hombres sus esclavos.
Desde entonces se han exhibido numerosos filmes que son secuelas del primero o nuevas versiones como El planeta de los simios de 2001, dirigido por Tim Burton figurando Mark Wahlberg en el papel principal.
A esa segunda serie pertenece Dawn of the Planet of the Apes. Este filme cuenta a su favor con una lograda puesta en escena que nos traslada a la semi-destruida ciudad de San Francisco y a ese mundo, muy cercano a la ciudad, dominado por los primates. Cada una de esas comunidades cuenta con un dirigente: el arquitecto Malcom en el caso del pequeño grupo de seres humanos que abandona la ciudad y se interna en sus alrededores para encontrarse con los simios, cuya figura principal se llama César. En ambos grupos hay un segundo personaje: Carver en el caso de los humanos y Koba entre los monos que piensan muy distinto a sus cabecillas y están muy dispuestos a combatir. No ocurre así entre Malcolm y César ya que ambos llegan a una suerte de entendido que le permitirá al grupo de los humanos reparar la planta a través de la cual la ciudad volverá a disponer de energía eléctrica. Ese proceso no estará exento de serios obstáculos y de enfrentamientos violentamente espectaculares como aquél con que cierra la película. Un final abierto hace pensar que habrá en su momento un nuevo episodio de la serie.
Dawn of the Planet of the Apes sorprende entre los estrenos de este verano porque hay en el filme algo más que una mera sucesión de encuentros sangrientos para el despliegue de efectos especiales. Ese algo más descansa en la estructura dada al filme que permite contemplar cómo en dos mitades simétricas la presencia de valores familiares en ambos grupos; el predominio en cada uno de un dirigente que busca por encima de las razones existentes para la mutua destrucción, elementos de comprensión y razonabilidad así como la labor, inquietante por funesta de unos segundos personajes en cada grupo que se mueven por los dictados de la violencias y la destrucción.
El filme impresiona sobre todo por la acertada ambientación dada al tema y por el cromatismo representado por una fotografía que se adecua a las urgencias del guión tanto en lo misterioso como en lo destructivo. En su reparto se destaca sobre todo la labor rendida por Andy Sarris como César, el primate rector del grupo de simios ya que logra transmitir la intensidad de sus emociones.
El filme se exhibe tanto en formato tradicional como en tercera dimensión y en versión original con subtítulos en español como doblada a nuestro idioma.