Reseña por Luis Trelles
El cine puertorriqueño del pasado se caracterizó por su escaso número de películas de ficción, hechas con grandes dificultades y centradas en la vida campesina.
El gran cambio se operó a través de Jacobo Morales que inicia el nuevo cine puertorriqueño con su énfasis en lo urbano y citadino y en los problemas contemporáneos y que alcanzó su gran momento en el año 1989 con la nominación de Lo que le pasó a Santiago como mejor película extranjera.
Hoy ese cine puertorriqueño sigue producciones en cantidades más abundantes y se estrena regularmente.
Nuevo ejemplo de esa producción local es la cinta titulada Dos caminos, de clara inspiración cristiana que se hace manifiesta en su argumento y en sus personajes centrales.
Son estos dos hermanos criados en un ambiente de pobreza y, lo que es más grave, en la orfandad como consecuencia de la muerte en prisión del padre de ambos, seguida por la de la madre.
Ya adultos toman dos caminos diferentes, que son a los que se refiere el nombre del filme, porque uno, Danny, se acoge a la protección de su iglesia y de un pastor comprensivo y benevolente, en tanto que el otro sigue el mal camino, reuniéndose con lo peor de su vecindario y dedicándose a las peleas clandestinas, obteniendo la colaboración de su hermano, boxeador. Tales peleas son permitidas por un sargento corrupto que se beneficia económicamente de las mismas y cuya participación en la muerte del padre de ambos jóvenes se descubrirá ya próxima a terminar la cinta.
El tema, por tanto, toma su inspiración de la Biblia donde el relato del Génesis de la muerte de Abel a manos de su hermano Caín es bien conocida.
La conversión de Mickey, que no solo ha permitido que su hermano Danny muera en vez de él, sino que ha provocado deliberadamente esa situación durante la celebración de la noche de las brujas (Halloween), sucede en el pasaje más dramático de la cinta, cuando Mickey tiene que optar por el mal (un nuevo crimen) o por el bien (las enseñanzas cristianas).
Dos caminos ha sido dirigido por Luis Enrique Rodríguez Ramos y lo protagoniza Luis Sebastián Borges, quien asume la interpretación de ambos hermanos. Cuenta también con la presencia en roles de importancia de Modesto Lacén como el pastor que protege a Danny y a Mickey, y de Carlos Miranda como su opositor, el sargento corrupto que representa a las fuerzas del mal.
La película se distingue por el ritmo ágil, tan ágil a veces que sus personajes secundarios pasan demasiado velozmente ante los espectadores. Se caracteriza además la cinta por la frecuencia con que se interrumpe momentáneamente la trama para insertar tomas que reflejan el entorno, abundando los planos dedicados al exterior de la iglesia del barrio o a animales y personas circundantes.
Utiliza también el filme la técnica de la vuelta atrás para retomar el pasado. En términos de la interpretación se destaca la labor de Luis Sebastián Borges dado su papel dual y la eficacia actoral de Modesto Lacén en el rol del pastor de la comunidad.