Everything, Everything
Reseña por Luis Trelles
Las palabras del título de esta película, Everything, Everything, proceden del conocido libro de Antoine de Saint-Exupéry, El principito. Hacen alusión a que el amor lo es todo y, en efecto, esa es la premisa central en que descansa esta producción.
La misma ha sido dirigida por Stella Maghie, una nueva realizadora en el mundo de Hollywood. Adapta a la pantalla una exitosa novela que figuró entre las más vendidas en los Estados Unidos.
El filme lleva de protagonista a Amandla Stenberg, secundada por Nick Robinson, que asume el principal rol masculino y Anika Noni Rose, que se ocupa de interpretar el papel secundario de mayor relevancia en esta cinta caracterizada por su escaso reparto.
La trama de Everything, Everything se centra en dos jóvenes, Maddy, que vive en su domicilio como consecuencia de la “enfermedad” que la aqueja, una grave deficiencia de sus defensas que la hacen muy vulnerable a cualquier infección y Olly, el joven que vive frente a su casa y que capta su atención a través de la ventana, desde la que la mira a diario.
Pronto esa atracción que siente Maddy por Olly encuentra en la enfermera que la cuida una aliada, hasta el punto de dejarlo entrar el la residencia sin que lo sepa la madre de Maddy. Facilita así una relación que crece con el paso del tiempo y que da a lugar a que Maddy se atreva a abandonar su domicilio y viaje junto a su enamorado a Hawaii, donde viven una apasionada relación amorosa.
La película es una excepción a nuestro panorama de estrenos cinematográficos, ya que pertenece a un género poco cultivado hoy por el cine norteamericano, el romántico-sentimental.
Como consecuencia, la cinta por buena parte de su metraje resulta una anomalía: un filme de apenas seis o siete personajes , que no puede recurrir a la acción incesante ni mucho menos a los efectos especiales y que tiene que descansar para su impacto en el carisma de su protagonista y en la movilidad y ductilidad de la cámara. Esta debe desplazarse en espacios muy cerrados, lo que permite que el entorno se vuelva un recurso de importancia.
A más de la actuación ofrecida por Amandla Stenberg en el rol principal, la película cuenta son dos otras buenas actuaciones. La ofrecen Nick Robinson, al que el público recordará por su participación en Jurassic Park y la actriz afro-americana, Anika Noni Rose. Esta última asume el papel de la madre de la protagonista, doctora de profesión, empeñada en proteger la vida de su hija adolescente, tras la muerte tanto de su esposo como de su otro hijo.
El desenlace se ajusta a la perene fórmula hollywoodense del “final felíz”. Esta vez se le da a una historia de amor entre jóvenes que se perfilaba como triste y dolorosa.
El resultado es un filme más absorbente en su primera mitad por los retos que le impone su argumento. Este se vuelve luego más convencional y, por ello, más a tono con las expectativas del público juvenil, al que se destina la película.