Por Luis Trelles
En su apariencia, Foxcatcher, cinta dirigida por Bennett Miller y protagonizada por Steve Carell, Channing Tatum y Mark Ruffalo, es una película sobre la lucha libre. Es ciertamente este deporte el que practican sus personajes y ese es también el escenario en que se desarrolla su trama, bien se inicie está en un local destinado a tal fin, bien nos traslade el argumento a un centro de entrenamiento mucho más lujoso, en la fabulosa mansión que, cerca del campo de batalla de Valley Forge, posee el millonario John E. Du Pont.
Du Pont, interpretado en una actuación retadora y muy diferente a los que nos tiene acostumbrado por Steve Carell, es junto a Chaning Tatum, que asume el rol de Mark Schultz, luchador que había ganado la medalla de oro en las olimpiadas de Los Ángeles del año 1984, el gran protagonista de la cinta.
Él es el luchador por afición que reúne en esa atmósfera tan singular en que se desarrolla el filme, a Mark y a su hermano y mentor, Dave Schultz (también luchador e igualmente triunfador en juegos olímpicos) para ganárselos con todo lo que una gran fortuna puede ser ofrecer, buscando convertirse junto a ellos en gran figura de la lucha libre a partir de la participación del trío en las olimpiadas de Seúl.
Ese proceso es el que se muestra en este filme, poderoso y absorbente, en el que poco a poco se van descubriendo los rasgos ocultos de una personalidad que en todo momento se muestra enigmática y misteriosa. Un final en extremo sorpresivo porque no se espera lleva a su conclusión este poderoso drama.
Dominan al filme, por tanto, los altibajos de esos contactos que mueven a Du Pont a invitar a residir en su mansión a los hermanos Schultz, separándolos para tratar de convertirse en la figura central en la vida de Mark. Logra su propósito transitoriamente evidenciando con sus maniobras el poder del dinero.
Estamos, pues, ante una película muy poderosa realizada con economía de recursos auditivos (abundan las escenas en que no se oyen los diálogos para dejar que las imágenes por si solas transmiten las intenciones y motivaciones de los personajes). Del mismo modo se prescinde de la música en varias de sus secuencias con el fin de hacer más realistas tales escenas.
Foxcatcher es un filme sorprendente, tanto por las interpretaciones rendidas por Carell y Tatum, sobre todo por el primero que se aparta en su poderosa caracterización de la comicidad que asociamos con sus papeles anteriores, como por la carga visual de sus escenas, puestas al servicio de un sorprendente caso criminal.