Por Luis Trelles
Hay directores cuyas películas se avienen al gusto de todos porque son fáciles de entender y utilizan las técnicas tradicionales del cine, poniéndolas al servicio de las estrellas que figuran en sus filmes o en función a secuencias de acción incesante. Hay otros, en cambio, que son directores “de culto”, que se especializan en películas difíciles y complejas para el público masivo pero que suelen ser del agrado de los cinéfilos. Wes Anderson, el realizador de The Isle of Dogs, pertenece a este último grupo. Sus películas o gustan o desagradan por su especial idiosincrasia. Se caracterizan por un uso brillante del lenguaje fílmico, puesto al servicio de tramas que para muchos se alargan demasiado y se vuelven abstrusas y complicadas.
The Isle of Dogs es su última contribución a una filmografía en progreso en la que se destacan títulos como The Life Aquatic with Steve Zissou y The Darjeeling Limited. Su cine muestra, además, una preferencia sostenida por un intérprete, Bill Murray. Esta película resulta muy diferente a las citadas anteriormente, ya que se trata de un filme en
“stop motion”, ese tipo de animación que se hace trabajosamente, cuadro por cuadro, y en el que se destacó Walt Disney. Es también una película con subtítulos tanto en inglés como en español, según la versión vista y en japonés.
El ambiente en que se desarrolla su trama es el de esa nación del Lejano Oriente. Sus intérpretes son mayoritariamente caninos con una mínima presencia de los seres humanos, y el argumento hace de los perros unas víctimas, semejantes a tantas personas que, a lo largo de la historia reciente del mundo, han sufrido el maltrato, la opresión y el exterminio en campos de concentración. En efecto, los perros que son los grandes protagonistas de Isle of Dogs, se encuentran no sólo erradicados de la ciudad donde sucede la trama, sino concentrados en la isla de la basura, cercana a la ciudad. Allí viven vidas miserables y sin esperanza hasta que un joven aviador se persona en la isla en busca de su perro, contraviniendo las órdenes de su pariente lejano, alcalde de la ciudad y gran villano del filme. Este pertenece a una dinastía que se ha caracterizado por su odio sistemático hacia los canes,odio que los mueve a buscar su exterminio total.
La cinta sobresale por la abundancia de unos visuales, sumamente creativos, en los que predominan la composición y el color. The Isle of Dogs utiliza de modo brillante las técnicas propias del medio y el filme abunda en el movimiento interior que se hace notar, una y otra vez, en sus escenas. The Isle of Dogs será apreciado por sus técnicas, su rico colorido y su uso de la animación.
Un reparto integrado por nombres tan conocidos como los de Bill Murray, Frances McDormand, Bryan Cranston, Edward Norton, Liev Schreiber, Scarlett Johansson, Jeff Goldblum, Tilda Swinton y hasta Yoko Ono, se encarga de prestarle sus voces tanto a los perros como a los seres humanos que aparecen en la película. Esta, rodada en Londres y los estudios Babelsberg, a través de su argumento y de su realización hace evidente su complejidad, confirmada por la larga lista de técnicos que la hicieron posible, cuyos nombres aparecen a la conclusión del filme.