Por Luis Trelles
El tema del hijo que busca a su padre no es nuevo en cine. Basta recordar que en la década de los ochenta se estrenó la película titulada The Journey of Natty Gann, cuyo argumento se centraba en la búsqueda de una chica, empeñada en encontrar a su padre en los difíciles días de la depresión, por lo cual esta joven se disfraza de muchacho y, superando numerosas vicisitudes, logró el objetivo que buscaba: el reencuentro con ese padre ausente.
Hoy se estrena Ismael, una producción española hecha con la participación entre otras entidades de la Generalitat de Cataluña. Su trama persigue el mismo objetivo que la de The Journey of Natty Gann con las diferencias que imponen la época y la nacionalidad de este filme, Ismael, con respecto al ya citado.
Ismael es un niño de ocho años que conocemos al comenzar la película, cuando, audaz y decidido, llega a Barcelona en busca de ese padre que no conoce. Lo ha criado su madre, Alika, inmigrante procedente de Nigeria, y ha encontrado en Luis, esposo de su madre, un padre adoptivo que le ha dado su apellido. Estas escenas iniciales del filme de Marcelo Piñeyro son muy fílmicas por la rapidez y la escasez de diálogos que introducen a Ismael no sólo a una ciudad diferente, Barcelona, sino a esa familia paterna que no conoce, comenzando por su abuela, Nora, madre de Félix, su padre biológico. Es Nora quien lo conduce al encuentro con Félix y se suceden entonces una serie de situaciones en las que intervienen también Alika, que viaja con Luis, su esposo a recogerlo y Jordi, amigo de Félix, con quien Nora vivirá una experiencia amorosa.
Esta síntesis del argumento de Ismael permite adjudicar un género a la película. Es un drama en el que se dan algunos pasajes cómicos, pero sobre todo priman los sentimientos, a base de dos encuentros: el del niño con su progenitor y el de su madre, Alika , con el hombre de quien estuvo enamorada, que la abandonó a su suerte, por lo que no conoció a Ismael.
Dirigida por Marcelo Piñeyro, un realizador de experiencia, cuya filmografía previa ofrece títulos representativos como Tango feroz (1993), sobre el pionero del rock argentino y Caballos salvajes de 1995, éste dirige a los actores con la suficiente pericia como para que sean convincentes sus personajes, salvo Félix a quien el guión le atribuye unas notas de simpatía que no cuadran con el comportamiento del mismo con Alika.
Sobresalen en especial entre los intérpretes el niño Larsson de Amaral, que le imprime a Ismael una combinación muy efectiva de candor e inocencia infantil a su personaje, aliadas a una determinación que sorprende en un chico de tan corta edad y Belén Rueda que se hace cargo del papel de la abuela, cuyas relaciones con su hijo Félix distan de ser cordiales y cercanas.
Ismael es un filme que interesa sobre todo por su conflicto central, uno por cierto muy real, y por la manera de presentar a ese binomio central a la trama compuesto por Ismael y su abuela. ( La película, hablada en español, se exhibe con subtítulos en inglés).