Por: Luis Trelles
Jackie más que una biografía abarcadora de Jacqueline Kennedy, al estilo de las cintas biográficas de antaño, es una aproximación diferente a la figura de la que fuera esposa de John F. Kennedy, el presidente de los Estados Unidos asesinado en noviembre de 1963, cuando solo había cumplido tres años, diez meses y unos pocos días más de su mandato.
La película que ha sido dirigida por el chileno Pablo Larraín, recoge en su pietaje la entrevista concedida por la viuda de Kennedy a un periodista, pocos días después de su asesinato y desde esa situación el filme nos traslada a un pasado muy dramático: el del asesinato del presidente y los eventos que siguieron en que la figura de Jacqueline Kennedy quien adquirió gran relevancia por la fortaleza que demostró en público ante el horrendo hecho y por su firme determinación de planificar todos los detalles de su entierro, incluída la marcha a pie desde el capitolio hasta la catedral católica en la que ella, al frente de sus dos hijos, iba precedida por figuras internacionales de gran relieve entre ellas el general De Gaulle. Esa vuelta atrás se combina con otras más festivas que muestran a Jackie en un documental centrado en la renovación llevada a cabo por ella de la Casa Blanca.
La película se distigue por varios logros como la certera dirección de Larraín; el uso de la partitura musical (contribución de Mica Levi) que le brinda mayor intensidad a las secuencias claves pero, sobre todo, por ser una vitrina para el destaque de Natalie Portman. Su acercamiento al rol de Jacqueline Kennedy, una mujer muy compleja que vive inesperadamente una tragedia en el orden personal y que a la vez tiene muy presente el reconociemiento público debido a la figura del mandatario, es excepcional. Se muestra por turnos imperiosa, dolida, indecisa, y en última instancia surge la figura como una capaz de llevar hasta sus últimas consecuencias la ceremonia prevista. No importa que para lograr su objetivo tenga que enfrentarse a los que se oponen a su plan. Raras veces se ha visto una cinta con una concentración tan intensa y extendida sobre el rostro de su protagonista, para lograr lo cual, el director Larrain utiliza de contínuo los grandes planos. Estos encuadran únicamente la cara de la actriz y en los pasajes más dramáticos tan solo rasgos de su fisionomía. Es un trabajo actoral que le asegurará a Natalie Portman la nominación para competir por el Oscar de mejor intérprete femenina protagónica de 2016.
Otros actores a destacar lo son Peter Sarsgaard, que asume el rol de Robert Kennedy, y el actor inglés, John Hurt, que aparece en el filme como el sacerdote que conforta a Jackie y con el que sostiene relevantes conversaciones.
Jackie, biograficamente diferente, amerita ser vista por la forma novedosa en que se abordan pasajes de su vida y por la lograda caracterización que ofrece Natalie Portman del personaje.