Por Luis Trelles
La “opera prima” o primera película de un director novel raras veces alcanza gran reconocimiento. No hay, sin embargo, regla sin excepción, y una excepción a tal regla lo es Lady Bird.
Este filme, que marca el inicio de la carrera en la dirección de la que también elabora su guion, Greta Gerwig, se distingue por su frescura y autenticidad.
El filme se centra en una joven de unos diecisiete años que cursa su último año de escuela superior en una institución católica. Se llama Christine MacPherson pero usa el apodo de “Lady Bird” y muestra su inconformidad y sobre todo su rebeldía a base de todo tipo de acciones que resultan chocantes para los ambientes en que transcurre su existencia en la ciudad de Sacramento, en California.
“Lady Bird” dice odiar a esa ciudad y desea, más que otra cosa, ser adminita en alguna de las prestigiosas universidades del este de la nación, como Columbia en Nueva York.
Ese deseo parece que no va a poder cumplirse por la apretada situación económica de su familia, compuesta por sus padres y hermano.
La madre trabaja en un hospital y es el miembro práctico y realidata de ese núcleo familiar. Como consecuencia, ella y “Lady Bird” chocan de contínuo desdela oposición de la chica a los gustos radiales de su progenitora que la mueven, en un acto supremo de rebeldía, a tirarse del auto en movimiento en que viajan ambas o otras situaciones que se van presentando a medida que progresa la trama.
Esa escena inicial sitúa al personaje y hace esperar mayores desafíos. Incluyen desde el letrero de “recién casados” que coloca en el auto a las monjas hasta otro tipo de riesgos como sustituir a su amiga de siempre por alguien nuevo o experimentar con el sexo.
Lady Bird es un filme sobre una etapa de la vida. Su tema no es nuevo ni original pero hace destacable a la cinta por ese aire de naturalidad y autenticidad, que tiene de autobiográfico de la vida de su directora, con que se presenta el personaje. Ese es representativo de la juventud norteamericana de comienzos del siglo XXI, ya que la acción se sitúa en el año 2002.
Es también un filme en que su directora le imparte gran fluidez a sus secuencias iniciales que van acompañadas de diálogos muy rápidos para pasar después a una intensificación de las crisis, representadas por los obstáculos para materializar sus planes de ir a Nueva York o el rompimiento con su madre por esa misma decisión.
La dirección de Greta Gerwig ha merecido ser incluída entre las cinco que compiten por el Oscar a este esfuerzo y lo mismo sucede con el guion de la cinta, de su autoría.
Las actuaciones, tan logradas, ofrecidas por Saoire Ronan como “Lady Bird” y Laurie Metcalf en el rol de su progenitora optan por los premios a la mejor actuación femenina protagónica y mejor actuación femenina secundaria.