Por Luis Trelles
Las vacas con gafas, cinta escrita y dirigida por Alex Santiago Pérez, es la más reciente película puertorriqueña en estrenarse. Gira alrededor de la figura de un pintor y profesor que recibe la dolorosa noticia de que perderá la vista en cualquier momento y de sus reacciones ante tan inminente catástrofe. Intenta entrar en contacto nuevamente con su hija, Isabel, de la que se encuentra distanciado; se reúne con un colega y amigo en una barra cercana, y tiene diversos encuentros con diferentes personajes, entre ellos un farmacéutico que lo atiende ocasionalmente. En todos se muestra irascible y malhumorado, inclusive con sus estudiantes a los que trata de tal modo que algunos reaccionan airados ante sus comentarios o simplemente abandonan el curso que dicta.
Este argumento tiene, como es de esperarse, un solo personaje destacado alrededor del cual se construye el filme. Es el de ese profesor amargado y a la vez angustiado por el progreso de la dolencia que lo aqueja.
Hay poca ocasión para el regocijo o para la presentación de grandes incidentes dramáticos y lo que se impone al espectador es una actuación, la ofrecida por Daniel Lugo, actor de duradera presencia tanto en el teatro como en el cine donde ha figurado prominentemente entre otras en algunas de las películas dirigidas por Jacobo Morales.
Sobre su presencia y su interpretación recae el peso de la cinta. El actor sale airoso de la encomienda recibida y transmite con fuerza y convicción las diferentes crisis por las que atraviesa su personaje y sus estados de ánimo.
El ritmo de la película, sin embargo, es extraordinariamente lento, lentitud que se nota más porque, como se ha expresado anteriormente, el guión ofrece pocas situaciones dramáticas y se concentra en la repetida mostración del protagonista tras conocer el diagnóstico que lo convertirá en poco tiempo en una persona privada de la visión.
Se añade a esta característica de la lentitud extrema ciertas inconsistencias del guión que presenta incidentes que no se desarrollan, como la visita a la agencia de viajes o la adquisición de numerosas prendas de vestir en una tienda de San Juan.
Las vacas con gafas quedará pues en el devenir del cine puertorriqueño como un filme para el pleno destaque de su protagonista, Daniel Lugo.