Por Luis Trelles
Maudie, película de estreno, permite diversos acercamientos. Puede vérsela como un exponente más del “cine de lágrimas” y ciertamente esta cinta posée más de una escena que mueva a las mismas.
Puede considerársela como una película para el destaque de una actriz, Sally Hawkes, su protagonista y esta valoración también resulta verdadera porque esta intérprete ofrece en el filme una de las intensas actuaciones del año, sino la mejor de todas.
El filme también puede evaluarse como una nueva manifestación del género biográfico ya que su personaje central, la Maudie del título, existió y ha sido una artista folclórica destacada.
Todas esas aproximaciones contienen su dosis de verdad y hacen a Maudie una cinta ponderosa, apartada de las películas imperantes, pletóticas de acción y efectos especiales puestos al servicio de historias entresacadas de los “comics”. Abundan estos filmes en super-heroes y heroínas que nada tienen que ver con la realidad.
Maudie es el reverse de las mismas. Se trata de una coproducción entre Irlanda y Canadá que sitúa su acción en las provincias marítimas de ese enorme país, específicicamente en Nueva Escocia, figurando Digby como punto referencia que se menciona muy al inicio de la película.
El filme gira alrededor de Maud Lewis, una mujer severamente impedida que al inicio de la cinta recibe la dolorosa noticia de que debe abandonar su hogar, pues ha sido vendido por su hermano.
Se inician así las desventuras de Maudie, quien tras acudir a una cita en busca de empleo, se coloca como un pescador, hombre rudo y solitario, que la emplea como sirvienta.
La relación que se establece entre ambos forma el núcleo central del filme y ofrece, a través de sus secuencias, momentos más que difíciles en la relación entre ambos que pronto pasa a lo íntimo, insistiendo Maudie en que deben casarse.
El modo en que la protagonista consigue tanto ese fin como cambiar la relación entre ellos, de modo que deje de ser dura y abusiva y se transforme en amorosa, dota a la cinta de su interés, revelando a la par cómo las pinturas folclóricas de Maudie llegan a conocerse y venderse con lo que esta pasa a convertirse en el “poder económico” de la pareja.
El descubrimiento de un terrible secreto que se refiere al pasado de la protagonista y el dolor que le acarrea conocer una verdad, por tantos años oculta, conduce a la cinta a su final.
Maudie es, sobre todo, un reconocimiento de una actriz nada conocida entre nosotros, Sallie Hawkins, capaz de emocionar al público hasta las lágrimas y de hacerlo sonreír en otros pasajes o simplemente compadecerse de una figura que vence tantos obstáculos en su camino como para hacerla infeliz todo el tiempo de su vida.
A su lado, Ethan Hawke ofrece una actuación diferente ya que a primera vista parece monocorde y repetitive pero que corresponde muy bien con el modo de ser y el talante del personaje que interpreta.
Cinta de actuaciones, Maudie es el estreno diferente por ese personaje lacerado en que se centra su argumento, admirablemente interpretado por Sally Hawkins.