Por Luis Trelles
Paris Can Wait es la película que inicia la carrera como directora de Eleanor Coppola, cuyo apellido nos hace recordar a su esposo, Francis Ford Coppola, el laureado realizador de Los Padrinos, y a su hija, Sofia Coppola, directora de la cinta próxima a estrenarse titulada The Beguiled.
Paris Can Wait se distingue por el hecho de ser su realizadora una mujer de ochenta años de edad, que inicia a tan tardía edad su carrera como directora.
Aparte de este detalle, la cinta resulta rica en hermosas imágenes de Francia y de algunos de los placeres asociados con esa nación, como los son el buen comer y el buen vino.
Pobre en su trama, se limita a presentar la interacción que toma lugar entre sus dos personajes centrales. Son estos Anne Lockwood (interpretada por Diane Lane)y Jacques (cuya caracterización corre a cargo de Arnaud Viard); esposa es la primera de un productor de cine (Alec Baldwin) enfrascado en las exigencias de su profesión y un colega y amigo de éste.
Anne y Jacques inician ese viaje a París, al que se refiere el título del filme cuando Anne, aquejada de un fuerte dolor de oído, decide no acompañar a su marido a Budapest y regresar en tren a París. Jacques se ofrece para llevarla en su coche y es así como comienzan un viaje que debía durar ocho horas y que se vuelve de más larga duración como consecuencia de las paradas que a menudo hace Jacques, un amante de los placeres ya mencionados. Es también un hombre con el ojo siempre atento a las mujeres como diversos momentos de la trama sugieren.
La relación entre Anne y Jacques va intentificándose a medida que progresa el viaje y termina con unas confidencias que revelan el elemento doloroso en esas vidas aparentemente felices.
Un final a la vez ambiguo y abierto pone fin a una película que se distingue por su endeblez temática; la belleza de sus imágenes, que nos muestran aspectos de la cultura francesa y algunas de sus ciudades como Cannes, Vézelay y Lyon, antes de concluir en la Ciudad Luz se distingue también esta cinta por la calidad de sus interpretaciones. Sobresalen las del actor francés, Arnaud Viard pero sobre todo la ofrecida por Diane Lane. Esta actriz norteamericana ha hecho una carrera en la que se destacan los roles románticos y sentimentales y Paris Can Wait no es la excepción a esta regla. El filme le ofrece a Diane Lane una oportunidad de destaque que la intérprete aprovecha para su ventaja.
Alec Baldwin, en cambio, aparece tan sólo brevemente en la película y su actuación se caracteriza por ser unidimensional. Ofrece la visión de un hombre enfrascado de tal manera en su negocio que le presta poca atención a su esposa, por lo que la relación entre ambos ha caído en lo rutinario y habitual.
Paris Can Wait es un filme en que la forma se impone por mucho al contenido y en el que son dignas de celebrarse las actuaciones.