Por Luis Trelles
Documental hecho a base de la fórmula de la coproducción entre varios paises europeos, Pope Francis: A Man of his Word consiste en una larga entrevista al actual pontífice de la iglesi católica. Domina el filme la presencia de esa notable personalidad de nuestro tiempo como figura visible de la película pero hay, además, otra, invisible, que es la del realizador de la cinta, Wim Wenders.
Este director alemán formó parte de lo que en su día ( años setenta del siglo pasado) se conoció como un nuevo cine alemán. Con Herzog y Fassbinder integró la gran trilogía del movimiento. Su carrera, por tanto, cuenta ya con casi cincuenta años de existencia y en ella sobresalen películas como Paris Texas y Alas sobre Berlín, ambas merecedoras de importantes reconocimientos en pasadas muestras del festival de Cannes, Wenders también ha incursionado en el cine documental como se evidencia en su cinta, Buena Vista Social Club, del año 1999.
Hoy consigue con este nuevo filme ofrecernos un documental excepcional, extremadamente fluído y creativo que alterna la presencia del Papa, registrada en la película a base de planos de su cara en la que se destacan el gesto amable y la acogedora sonrisa, con otras tomas muy variadas.
Francisco expresa su opinión en torno a los más diversos temas, desde los ecológicos que constituyen una preocupación para el pontífice ante la forma en se ha tratado al planeta que habitamos y frente a los peligros de una destrucción sistemática que se hace cada dia mas evidente.
El Papa también se expresa sobre los indocumentados y su triste suerte y reafirma su claro compromiso con los excluídos, que a su vez se sirven para mas sobrevivir de la basura que producen las grandes ciudades. Su mensaje también incluye a la familia, siendo este pasaje de los mas risueños del filme. Su mensaje abarca los serios problemas que confronta la iglesia como el de los curas pedófilos, para los que no habrá, afirma, tolerancia.
Sus manifestaciones se presentan alternadas con las visitas hechas a diferentes partes del mundo, con lo que la película adquire un tono consistente de “dicho y hecho” de exposición y ejecución, demostrando así el documental que Francisco, como señala el título del filme, es un “hombre de palabra”, en el sentido de que cumple con todo aquello que afirma.
Un acierto del filme es la interpolación de breves pasajes en blanco y negro en que se nos visualiza la vida de San Francisco de Asís, especialmente cuando el Papa se refiere a la probreza y a la necesidad de que la misma se practique por toda la iglesia. En esta parte a veces se utiliza el contrapunto visual sonoro por medio de la confrontación de las palabras del Pontífice referentes a la pobreza con temas que muestran el esplendor y la opulencia de interiores eclesiásticos como los de la basílica de San Pedro.
En resumen: un filme testimonial de una figura, la del papa Francisco y de sus mensajes, presentados de tal forma y con tal maestría fílmica que dan como resultado un filme fascinante.