Por Luis Trelles
RBG es un documental diferente. Lo es por la figura en que se centra, Ruth Bader Ginsberg, juez de la Corte Suprema de los Estados Unidos desde el año 1993 en que fue nominada para ocupar tan alto cargo por el entonces presidente de la nación, Bill Clinton. En la posición que ocupa y su carrera en el poder judicial radica precisamente la diferencia a que nos hemos referido anteriormente, ya que los documentales de largo metraje suelen tener como protagonistas a personalidades del mundo de la política o del espectáculo. Ruth Ginsburg es, a su manera, una personalidad que se ha destacado en el panorama norteamericano por su ejecutoria legal y por su consistente posición en favor de los derechos de la mujer.
El documental sigue la técnica dominante en el género y así combina lo privado y sentimental con los logros de una carrera profesional muy exitosa. Conocemos así que esta mujer, primera generación norteamericana por parte de su padre, ruso de origen, nacida en Brooklyn, fue educada bajo estrictas normas por su madre que imprimió en ella un espíritu de lucha y persistencia, asociado con las buenas maneras de una “dama”. Es así que esta protagonista, de pequeña estatura y edad avanzada (85 años); de voz y modales muy controlados, pero de voluntad de hierro y tenaz resistencia, ha ido a formar parte de un cuerpo judicial formado por hombres, en el que sólo figuraba una mujer, Sandra O’Connor, al momento de su nombramiento. Aún hoy las mujeres se encuentran en minoría en la Corte Suprema pues sólo hay tres, entre ellas Sonia Sotomayor. Casada por más de 50 años con su esposo, fallecido hace pocos años, y de quien toma el apellido Ginsberg, este, abogado como ella, era radicalmente diferente en personalidad a Ruth.
Progenitores de dos hijos, estos ofrecen su testimonio en el documental. El documental se sirve de una diversidad de recursos que se utilizan para darle agilidad y variedad al mismo. Se combinan, por tanto, el color con el blanco y negro en las fotografías; la narración con los pronunciamientos abundantísimos de la entrevistada y se recurre tanto a viejasfotos como a cortas entrevistas hechas a amigas de la juventud y sus biógrafas como a compañeros abogados.
Un miembro del alto cuerpo judicial que es la Corte Suprema, el juez Scalia, fue su amigo y con él compartía la afición por la ópera, pese a sustentar posiciones opuestas en cuestiones tan graves como el aborto, por ser Scalia católico y conservador y pertenecer Ginsberg a lo que se conoce como el ala liberal de la Corte Suprema. Un documental, en fin, centrado en una figura muy activa en el campo judicial, que ha combinado lo familiar y lo personal con una ejecutoria legal que la identifica con los derechos de la mujer, aunque algunos como el derecho al aborto sean muy controversiales.