Por Luis Trelles
Leonardo Padura, escritor cubano, es el co-autor del guión de la película titulada Retorno a Ítaca, basada en un texto suyo. Ítaca no es otra cosa que Cuba, la isla a la que regresa Amadeo tras 14 años de exilio pasados en España. Se reúne en una azotea de La Habana con cuatro amigos de juventud, con los que compartió el fervor revolucionario. La reunión, que se prolonga hasta la noche y más allá, hasta el amanecer del siguiente día, es una en la que afloran todo tipo de sentimientos: la alegría por el reencuentro; las recriminaciones sobre todo de Tania, la única mujer en el grupo, que le reprocha a Amadeo su ausencia del país y el abandono en que quedó su esposa, que ha muerto de cáncer y era su gran amiga.
Poco a poco se ponen de manifiesto las emociones de los otros personajes. Son ellos Eddy, el único exitoso por su connivencia con el régimen; Rafa, un pintor que se alcoholizó por un tiempo ante el dolor de que no le permitieran exhibir sus pinturas en el exterior y Aldo, el único que ha intentado como mal ha podido, mantener alguna ilusión con el régimen castrista tras las duras experiencias vividas por el cuarteto durante el llamado período especial, acaecido en la década de los noventa del pasado siglo.
La alegría y bachata propias de un grupo tan gregario, se transforma pronto en recriminaciones, despechos y sobre todo en desengaño que los permea a todos como consecuencia de lo vivido. Ese desencanto no se limita a los de adentro, los que permanecieron en la mayor de las Antillas, sino que se extiende al que se fue y quiere quedarse en la Isla! en que nació.
Cinta poderosa en su tema y en lo que refleja de la realidad cubana, Retorno a Ítaca es ante todo un filme que en su origen y desarrollo pertenece a su co-guionista, Leonardo Padura. Este le imprime al guión toda la fuerza que se desprende de las vivencias de una persona que al permanecer en Cuba ha pasado por todas las cambiantes situaciones de la revolución y, a la vez, al ser un escritor exitoso que ha viajado fuera de la Isla también ha conocido las reacciones vivenciales de los que están en el exilio.
Dirigido por Laurent Cantent, quien también ha colaborado en el guión, el filme es uno de pocos escenarios y de concentración máxima en los actores. Estos a través de sus gestos, actitudes y parlamentos tienen que transmitir todas las cambiantes emociones que origina este encuentro.
Es, por tanto, necesario destacar después del acierto del guión, lo valioso de las actuaciones rendidas por Isabel Santos que le imprime gran fuerza a su personaje de Tania; Jorge Perugorría, conocido protagonista de tantas películas cubanas, que asume el rol de Eddy, el ”exitoso” del cuarteto, éxito que se debe a su sumisión al régimen que lo ha vuelto corrupto; Néstor Jiménez. que personifica a Amadeo, el exiliado que retorna; Fernando Hechavarría que hace de Rafa y Pedro Julio Díaz Ferrán que interpreta a Aldo.
Estamos, por tanto, ante un filme de ideas y de intérpretes. Las primeras invitan a la reflexión en torno a un proceso penosamente impactante; el de la revolución cubana y sus efectos en las vidas que ha afectado. Los segundos hacen creíbles y poderosamente dramáticos a los personajes.