Por: Luis Trelles
Denzel Washington, protagonista de Román J. Israel, Esq., ha sido con Sidney Poitier uno de los grandes intérpretes negros del cine norteamericano. Ganandor dos veces de premios de la Academia, primero como mejor actor masculino secundario en 1981 por el rol cumplido en Glory y, más tarde, en el año 2001, receptor del Oscar como mejor actor protagónico por su papel en Training Day, Washington a los 62 años de edad reaparece hoy al frente del reparto de Roman J. Israel, Esq.
Hace de un abogado afroamericano que en Los Angeles y a la sombra del gran nombre del bufete al que pertenece, ha intentado a lo largo de su carrera ser un abogado qeu batalla por los muchos acusados de su raza, procesados por crímenes que no llegan a ser vistos por una corte de justicia al transarse sus casos, a cambio de una condena menor que aquella, mucho mayor, que según se les informa les sería impuesta de comparecer a juicio.
Esa posición, mantenido por tantos años, cambia dramáticamente al conocer el personaje que el acusado al que le recomendó informar acerca del paradero del verdadero autor del delito que se le imputa, ha sido asesinado en prisión. Roman Israel entonces brinda esa información y recibe la importante recompensa ofrecida por tal dato.
Con ese dinero en mano cambia de vida, pero sólo temporalmente, ya que en definitiva su conciencia y sus convicciones lo harán rectificar.
La cinta, escrita y dirigida por Don Gilroy, le ofrece a Denzel Washington una nueva oportunidad de brillar en el firmamento de Hollywood a través de su interpretación de Román J. Israel, el abogado que abraza la causa de los pobres y discriminados y que se desa tentar por la fortuna, para más tarde rectificar su conducta.
Jutno a Denzel Washington figura como co-protagonista de la cinta, Colin Farrell. Representa lo opuesto del personaje asumido Washington. Es el abogado blanco exitoso que defiende sus casos, tomado muy en cuenta los honorarios a pagar por aquellos que representa, y que agrega a Román J. Israel a su equipo de trabajo, facilitando así esa tentación que resultaría funesta para el protagonista.
Un nuevo nombre, el de Carmen Ejogo, se hace cargo del único rol femenino de importancia, el de una defensora de los derechos civiles que simpatiza con Israel y sus posturas.
Películas en la que se combina lo ideológico, representado por la conducta y ejecutoria de su personaje central, con lo dramático evidencia en esa otro prosibilidad que ofrece el filme de convertirse en un thriller, Roman J. Israel, Esq. es un estreno que no alcanza todo lo que promete inicialmente, en el que se dan situaciones cargados de diálogos pero se distingue por esa intensidad interpretativa que Denzel Washington le imprime a su personaje.