Por Luis Trelles
El cine norteamericano con el apetito voraz que lo caracteriza, producto de la necesidad de ofrecerle al público centenares de películas cada año, busca para sus nuevas producciones argumentos tomados de muy diversas procedencias, inclusive utiliza, adecuándolas convenientemente a sus fines, las tramas de cintas extranjeras.
Tal fue el supuesto, entre otros casos, de Sweet Charity, película del año 1969 que no es otra cosa que un nuevo acercamiento -con resultados muy inferiores- a Las noches de Cabiria, de Federico Fellini o Outrage, cinta que se estrenó en 1964 y que es un “remake” a lo norteamericano de Rashomon, el clásico japonés de Akira Kurosawa.
Hoy busca el cine norteamericano la inspiración para la cinta de estreno titulada Secret in Their Eyes en el cine latinoamericano, específicamente en el argentino y adapta para sus fines el exitoso filme, El secreto de sus ojos, que mereciera ser receptor del Oscar que concede anualmente la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas a la mejor película extranjera en el año 2009.
Secret in Their Eyes resulta una película decepcionate y no solo porque se haya cambiado el ambiente de la cinta adaptada a la actual realidad norteamericana sino porque sus estrellas, las muy conocidas Julia Roberts y Nicole Kidman, se unen al actor Chiwetel Ejiofor, para ofrecernos unas caracterizaciones que intentan de una parte, en el caso de sus protagonistas femeninas, cambiar las imágenes de Julia Roberts y Nicole Kidman, para presentar a la primera totalmente carente de atractivo y ofrecerle a la segunda un papel que resulta ambiguo y pálido en extremo.
Julia Roberts en la caracterización más dramática de la cinta, es Jess, una madre cuya hija ha sido asesinada brutalmente y que busca localizar al asesino, no para obtener su condena a muerte, sino para privarlo de su libertad en lo restate de su exitencia. Es esa la venganza a la que aspira. Nicole Kidman, su compañera de trabajo en lo profesional, resulta demasiado fría y distante, como la abogada graduada de Harvard. De ella vive perennemente enamorado el personaje masculino central, excompañero de ambas. Ha estado por 13 años en busca del asesino. Es precisamente ese ir y venir del presente al pasado mediante escenas muy rápidas lo que resultan confusas para el espectador promedio. Este tiene que fijarse en ciertos detalles como el vestuario los peinados de las mujeres para saber en muchas ocasiones en que tiempo se sitúa la película.
Otros cambios de esta nueva versión con respecto a la cinta original argentina se encuentran en la conversión del personaje masculino de El secreto de sus ojos, cuya esposa era la víctima del horrendo crimen, en una mujer, Jess, el personaje que asume Julia Roberts y la transformación del ambiente judicial, tan bien logrado en la cinta argentina, en otro muy diferente, el de la época actual en los Estados Unidos, temeroso de un ataque terrorista por parte de grupos radicales.
Secret in Their Eyes sigue siendo por tanto el camino iniciado por otros “remakes” del pasado, mencionados al comienzo de esta crítica y por ello el resultado es un filme decepcionante.