Por Luis Trelles
La comedia se convierte en el denominador común de la cinta británica, The Death of Stalin. Esta película le saca partido a un suceso nada jocoso como la muerte y lo transforma, entre risas, en una sátira de carácter político. La película es un buen ejemplo de un género en el que se ha destacado el cine británico desde los días que siguieron a la conclusión de la segunda guerra mundial, cuando procedentes de ese cine nos llegaron comedias como Passport to Pimlico o The Mouse That Roared en las que se evidenciaba la
intención satírica.
The Death of Stalin es una comedia satírica y su tema viene anunciado muy claramente en su título. Este no es otro que el fallecimiento de Stalin, detentador del poder de manera omnímoda en la desaparecida Unión Soviética desde 1924 en que sucedió a Lenin hasta su fallecimiento, ocurrido en marzo de 1953, casi treinta años después, periodo en que gobernó a la nación con un dominio férreo y absoluto. La cinta, por lo tanto, comienza presentando las últimas horas de su personaje central que, tras una cena en la que comparte con sus colaboradores más íntimos, sucumbe repentinamente a causa de una hemorragia cerebral.
Lo que sigue es una lucha por el poder entre esos mismos colaboradores, entre ellos Beria, Malenkov, Khrushev y Molotov. Todos buscan posicionarse de manera segura en las esferas del poder, vacante por muerte tan repentina. También forman parte principalísima del conjunto de personajes en los que se centra la cinta, los hijos de Stalin, Svetlana y Vassily, este último alto oficial de las fuerzas aéreas.
Así, tras la sorpresa inicial y las subsiguientes intrigas entre todos para consolidarse en la “nueva clase”, se organiza un funeral de estado con todo el aparato posible ó, como dirían los ingleses, con toda la pompa y circunstancia que tal muerte requería. Esos pasajes iniciales son los más sedados y permiten el destaque de las actuaciones, ofrecidas por un grupo de sólidos intérpretes británicos, entre otros Adrian McLoughlin (Stalin), Simon Russell Beale (Beria), Jeffrey Tambor (Malenkov), Steve Buscemi (Khrushchev) y Michele Palin (Molotov).Andrea Riseborough y Rupert Friend asumen los roles de los hijos de Stalin.
Se impone después algo muy característico de las comedias, sean del tipo que sean, que es el movimiento frenético y acelerado por el que se hiZo famoso este género cinematográfico desde los días en que prevalecía la modalidad silente de cine. Ese ritmo rapidísimo y afiebrado se posesiona de The Death of Stalin hasta su conclusión.
Comedia Satírica cuyo carácter mordaz es muy evidente, The Death of Stalin es un nuevo ejemplo de un género en que el cine británico ha dejado su impronta a través de una sucesión de películas pertenecientes a este género.