The Last Word
Reseña por Luis Trelles
Vitrina para el destaque de Shirley MacLaine, The Last Word es una película con un tema diferente, trabajando de principio a fin por un intérprete que, a sus 83 años cumplidos, sigue siendo una personalidad destacada del mundo del cine. Su carrera QUE SE INICIÓ EN EL AÑO 1955 con el rol desempeñado en el filme de Alfred Hitchcock titulado The Trouble with Harry, se ha caracterizado por la variedad de roles desempeñados, entre ellos se destacan los de The Apartment (1960) que le valiera una nominación para los premios de la Academia, en la categoría de mejor actriz; Terms of Endearment, por la que recibiera la codiciada estatuilla conocida como “oscar”, al ser seleccionada por sus pares como la mejor actriz en un rol protagónico del año 1983 y, ya entrada en años, los de Madame Souzaka (1988 y Guarding Tess (1994).
Hoy vuelve a ser figura central de esta película que reseñamos. En ella asume el papel de Harriet Lauler, fundadora y ex-directora de una importante agencia de publicidad que, sola y aburrida en su espléndida mansión, decide encargar su obituario a la joven periodista encargada de los mismos en el diario local.
Ello da a lugar a una frecuente relación entre Anne, nombre de la periodista, Harriet, relación a la que pronto se une Brenda, una niña afroamericana a la que la impositiva Harriet decide patronizar. Las tres emprenden un viaje en el que Harriet se reunirá con su hija, a la que no ve desde hace años, por estar distanciadas.
Otro encuentro importante es el de su esposo, ya cercano el final de la cinta, encuentro que le permite una reconciliación tardía con el mismo.
Filme en el que se combinan pasajes jocosos con otros más sentimentales, The Last Word es sobre todo un tributo a la veterana intérprete. Ella no desaprovecha las muchas ocasiones que le brinda un guión preparado a su medida, para el despliegue abundante de sus dotes histriónicas. Precisamente por el predominio casi absoluto de Shirley MacLaine en la cinta, esta se resiente de la falta de un libreto más variado, que no sobreabunde, como sucede en la película, en la omnímoda presencia de la Sra. MacLaine.
Amanda Seyfried, joven figura del cine norteamericano, se desempeña adecuadamente en el papel de Anne y aprovecha las escenas en que el guión le permite destacarse y la dirección de Mark Pellinger (Going All The Way, Arlington Road) dota al filme de los elementos necesarios a toda película con su rápido ritmo, su edición funcional y, sobre todo, emplea tales recursos en función de la intérprete del filme.