Por: Luis Trelles
Susan Sarandon es una actriz de probados méritos. Los ha cosechado a lo largo de una carrera cinematográfica iniciada en el año 1970, en la que ha ganado popularidad a través de la película de culto, The Horror Picture Show; reconocimiento de sus pares a base de las varias nominaciones recibidas para el Oscar y, en definitiva, la obtención del mismo en 1996 por su caracterización de la hermana Helen Prejean en la cinta titulada Dead Man Walking.
Hoy, próxima a cumplir 70 años de edad, obtiene en una etapa de la vida en que no le es fácil a las actrices conseguir papeles protagónicos una nueva oportunidad de brillo histriónico en el filme de estreno, The Meddler.
En él hace el papel de una madre, viuda y con una hija, en cuya vida pretende inmiscuirse de contínuo como medio de encontrar alivio para su soledad.
El fallecimiento de su esposo aunque económicamente la ha dejado muy bien, la obliga a intentar nuevas actividades para aliviar su dolor. Trabaja de voluntaria en un hospital, provée los fondos necesarios para que una amiga de su hija se case con su pareja en una ceremonia entre lesbianas en las que figura como una de las muchas damas de honor de la novia y en definitiva, conoce a un hombre -maduro como ella- con el que es muy posible que forme pareja, en un sugerido final feliz.
Sarandon durante la primera hora del filme se vuelve el personaje alrededor del cual gira la cinta hasta tal punto que, a pesar de la excelente interpretación de la actriz, este llega a cansar y hace desear que aparezca algún incentivo adicional a un proyecto que, en definitiva confirma lo sabido: la calidad histriónica de su protagonista. El guion del filme evidencia a base de los diferentes encuentros que se suceden en la vida de Marnie, nombre del personaje, que el dolor tras la muerte de un ser muy querido es necesario como medio para superar esa crisis existencial.
Marnie, al asumir una actitud de superación antes de término, no hace sino evidenciar que la misma aunque encomiable se adelanta a la fase previa ya señalada.
El filme se abre -como suele hacer el cine a menudo a los nuevos desarrollos en la vida norteamericana contemporánea y resulta en definitiva una película de altibajos que será vista con entusiasmo ante todo y sobre todo por los que han seguido a través de los años la trayectoria fílmica de Susan Sarandon.