Por Luis Trelles
El acceso a documentos secretos del Pentágono, relativos a la guerra de Vietnam, y su difusión por parte del periódico The Washington Post origina el argumento de la película así titulada, The Post. La película dirigida por Steven Speilberg, a más de ser absorbente de principio a fin, destaca la importancia de la prensa, protegida por la primera enmienda a la Constitución de los Estados Unidos, y recalca su papel de informante de todo aquello que resulte relevante para el país.
Cinco administraciones de la nación, comenzando con la de Truman y proseguiendo con la de sus sucesores en la presidencia: Eisenhower, Kennedy, Johnson y Nixon ocultaron al país el estado de situación de las realciones con Vietnam e iniciaron el conflicto que cobró miles de vidas y que concluyó con la ocupación por las tropas de Vietnam del Norte de la ciudad de Saigón.
Ese proceso de hacerse primero de tal documentación y de decidir después, contra viento y marea -entiéndase la oposición del presidente Nixon a su difusión, implicó grandes riesgos tanto para la propietaria del rotativo, Katharine Graham, como para el editor, Ben Bradley. El mismo se describe muy eficazmente en este filme que cuenta con dos grandes intérpretes, Meryl Streep y Tom Hanks para encarnar en la pantalla a la Sra. Graham y a Bradley.
Película no solo de actuaciones sino de un ritmo muy efectivo, logrado por la edición dada al filme que alterna entre el peligro que supuso tal publicación tanto para Katharine Graham como para Ben Bradley.
Para Katharine Graham como propietaria del periódico representó tomar decisiones muy difíiciles que podían conllevar desde la ruina económica para The Post hasta algo tan serio como ira a parar a la cárcel.
En el caso de Bem Bradley las implicaciones de tal decisión podían privarlo de su empleo y afrontar igualmente pena de encarcelamiento.
Esa doble línea argumental se presenta a base de un desarrollo que a veces es paralelo y otras, simultáneo, y se convierte en uno de los grandes aciertos de la cinta, atribuíble a la edición que unida a la música -debida a John Williams- convierten a The Post en una de las mejores películas del año.
Las actuaciones rendidas por Streep y Hanks son también muy dignas de valorarse, resultando la de Tom Hanks la más fácil por el tono consistente de la misma. Meryl Streep, en cambio, tiene un rol más sutil en el que es posible identificar reacciones más variadas. Incluyen desde la sentimental pero contenida que hace referencia a su vida familiar, hasta la progresivamente más contoversial que refleja en el personaje un toma de posición inquebrantable, no obstante los peligros que pueda acarrearle.
La dirección, debida a Steven Spielberg, confirma una vez más lo que es de sobra conocido, pues evidencia que este realizador se mueve con igual acierto y eficacia tanto en el universo de Indiana Jones como la exploración de una faceta diferente del mundo del espacio (E.T.), sin olvidar su valiosa contribución al tema del genocidio, que aflora poderoso en Schlinder’s List.
The Post es un filme que a más de sus valores cinematográficos aboga por la libertad de prensa, reconoce el valioso servicio que el periodismo presta a un régimen democrático y enaltece la misión del periodista cuando su trabajo está libre de presiones y compromisos y se pone incondicionalmente al servicio de la verdad y el bien común.