Por Luis Trelles
Procedente del cine independiente y éxito absoluto al presentarse en el marco del festival de Sundance, fundado por el actor Robert Redford, a fin de abrirle espacio a las películas de bajo costo y ausencia de argumentos estereotipados en favor de temas más controversiales y más en sintonía con las realidades norteamericanas, The Way, Way Back, es un filme sobre la toma de decisiones y adopción de posturas ante la vida, que suelen caracterizar a los jóvenes en proceso de entrar en la adultez.
Dirigida por Nat Faxon y Jim Rash, el protagonista del filme es Duncan, un chico de unos catorce años, tímido e introvertido, que vive con su madre divorciada y que, al inicio del filme, emprende un viaje de verano en compañía de su progenitora y su pareja, Este es un hombre de edad madura que también tiene una hija que los acompaña. Van a pasar el verano en la casa de playa que éste posée.
La situación de Duncan le resulta incómoda, por decir lo menos, e intolerable en la secuencia más dramática de toda la película cuando se decide al fin a confrontar a su madre en público por la relación que sostiene. El joven ha encontrado previamente alivio y escape al cuadro que le toca vivir trabajando en un parque acuático cercano a su domicilio donde encuentra en Owen, su administrador, ayuda y comprensión, volviéndose una especie de figura paterna.
La decisión final de Duncan y el modo como la enfrentan tanto su madre y su compañero como el propio Duncan justifica plenamente el título dado al filme.
La película cuenta con la presencia de Steve carell y Tony Collete (actriz australiana que se dio a conocer al público norteamericano a través de su intervención en la cinta titulada Muriel’s Wedding) interpretando a la pareja adulta que vive su relación, no empece la presencia y actitud de sus respectivos hijos. Carell, sobretodo, sorprende al interpretar un tipo de personaje que resulta muy diferente a sus anteriores papales pero es Liam James quien se posesiona de la película desde el punto de vista actoral. Su desempeño como Duncan mantiene el interés del filme o, más tarde, cuando explota su furia ante el modo como se trata a su madre. Son escenas dotadas de gran intensidad asociada a un sentido de realismo muy evidente.
Un filme, por tanto merecedor de la atención del público por su presentación y tratamiento de una situación muy de nuestro tiempo.