Por Luis Trelles
Una secuencia inicial escalofriante y una patética escena conclusiva impactan al espectador al comienzo como al final de la cinta de estreno titulada A Thousand Times Good Night.
La misma, hecha posible por la participación tanto de Irlanda como de Suecia y Noruega, cuenta con la participación protagónica de Juliette Binoche, actriz francesa que se encarga del papel central de la película, secundada por Nikolaj Coster-Waldau.
Ellos, bajo la dirección de Erik Poppe, hacen creíbles e intensamente dramáticos sus papeles: el de Rebeca, una fotógrafa profesional de reconocida fama que se especializa en mostrar al mundo las imágenes terribles de lo que sucede en los grandes conflictos que se libran en la actualidad en el mundo. Su esposo, Marcos permanece en su domicilio de Irlanda mientras ella recorre el mundo. Se ocupa de su trabajo como geólogo marítimo y queda a cargo de las dos hijas del matrimonio, una adolescente y la otra aún niña.
El regreso al hogar de la madre, tras haber sido herida de gravedad mientras fotografiaba en Kabul, la capital de Afganistán, a una joven que se preparaba para inmolarse en un ataque terrorista, pone de manifiesto la crisis conyugal ya que el esposo resiente esas ausencias de su mujer en que ésta corre tan graves peligros, ausencias que también impactan a las hijas.
Rebeca se propone renunciar definitivamente a su carrera y permanecer en su casa con su familia pero la autorización dada por esposo a la mayor de las hijas a fin de que acompañe a su madre en un último viaje al África, está vez a un campamento de refugiados localizados en Kenya como parte de un proyecto en que está envuelta la chica, determina una nueva crisis: esta vez de mayores proporciones y coloca a Rebeca ante la disyuntiva de escoger, de una vez por todas, entre la vida hogareña y la continuación de su carrera profesional.
Cinta de gran relevancia en el panorama actual no solo por referirse a la conflictiva mundial sino por ese dilema que se le plantea a su protagonista y que en el filme resuelve de manera trágica, A Thousand Times Good Night es una cinta para el destaque de Juliette Binoche.
La actriz, como en Blue, la película inicial de la trilogía de Kieslowsky, se revela de manera impactante, poniendo al descubierto su talento dramático al ofrecer una caracterización marcada por la fuerza histriónica asociada a la contención máxima. Ese potencial se revela al máximo en la escena de la confrontación entre madre e hija, reaccionando ambas a lo acontecido en ese viaje conjunto a Kenya.
Intensa, actual, dramática y conflictiva A Thousand Times Good Night es una de las cintas destacadas en lo que va de año.