Por Luis Trelles
Filme de espionaje internacional, A Most Wanted Man tiene unos antecedentes que hacen de interés su estreno. Se trata de una adaptación a la pantalla de una obra del novelista británico, John le Carré, cuyas experiencias en el servicio exterior inglés durante los años en que se libró la Guerra Fría sirvieron de base para tantos de sus relatos novelados. Le Carré se concentra en presentar la inhumanidad y por ende la inmoralidad de tales actividades. Llevado al cine frecuentemente, la película más conocida basada en una de sus novelas es The Spy Who Came In From the Cold, protagonizada por Richard Burton y cinta que tiene sus puntos de similitud con A Most Wanted Man.
En el caso de A Most Wanted Man el argumento nos traslada a Hamburgo, la ciudad alemana donde se gestó el ataque terrorista del 2011. En esta ocasión la llegada clandestina de un inmigrante ruso-checheno, Issa Karpov, mueve al protagonista Guther Bachmann, oficial de inteligencia alemana (interpretado por Philip Seymour-Hoffman en su última aparición cinematográfica antes de producirse su lamentado deceso,) a entrar en acción pues se sospecha que Issa Karpov pertenece a un grupo terrorista.
Bachmann cuenta, de una parte, con eficaces subalternos que se infiltran en los grupos musulmanes de la ciudad, a fin de descubrir entre ellos posibles atacantes y sus enlaces.
De la otra, Gunther Bachmann no goza del apoyo ni de la simpatía de un alto colega del servicio de inteligencia y la intervención en el caso investigado de una representante del servicio norteamericano complica aún más las cosas para Bachmann.
Sus investigaciones ponen en evidencia que en el caso de Issa Karpov están también envueltos el Dr. Faisal Abdullah, filántropo musulmán y un rico banquero hamburgués (personificados por Willem Dafoe) a más de una abogada que ayuda profesionalmente a indocumentados como Issa Karpov.
Con todos estos personajes y a través de una trama absorbente A Most Wanted Man, cinta dirigida por Anton Corbijn, nos ofrece una visión anti-norteamericana (a través del personaje de la agencia estadounidense) y un cinismo evidente a más de una trama que resulta no solo absorbente, sino apartada de la presentación superficial, estereotipada y cargada de sexo y violencia de los filmes más populares de espionaje, al estilo de los de James Bond.
Anti-espectacular, anti estelar y rica, en cambio, en personajes y situaciones muy reales, A Most Wanted Man permite contemplar en la pantalla esa postrer aparición de Seymour-Hoffman secundado por otro consumado intérprete del cine norteamericano, Willem Dafoe, y por un reparto de apoyo que está a la altura en lo que a calidad interpretativa se refiere, de la labor brindada por el binomio Seymour-Hoffman-Dafoe.