Por Luis Trelles
En un principio Cloud Atlas fue una novela escrita por David Mitchell y publicada en el año 2004. Pasó al cine a través de la película que hoy reseñamos, lo que parecía muy difícil de conseguir ya que su mismo autor la consideraba infilmable por su compleja estrucura y sus matices seudo filosóficos, al basarse en la interconexión entre tiempos y personas.
Los hermanos Wachoski y Tom Twyker, sin embargo, desafiando el pronóstico del novelista se dieron a la tarea de convertir en material fílmico el texto novelado y el resultado en pantalla es un filme de poco menos de tres horas de duración, exhibiéndose en varias salas.
La película es muy ambiciosa pues a más de extenso metraje se mueve en el tiempo -casi cuatrocientos años- entre la primera historia situada en la plantación tabacalera de las islas del Pacífico en 1849 y la más futurística de todas, localizada en Hawai en el año 2314. En total son seis momentos diferentes del devenir de la humanidad en el tiempo los que se presentan a la consideración de los espectadores y, en cada uno de ellos, conocidas figuras del mundo del cine aparecen y reaparecen, a veces casi irreconocibles gracias al maquillaje, para protagonizar las diferentes historias.
Son ellos Tom Hanks, Halle Berry, Hugh Grant, Jim Bradbent y Susan Sarandon. Todos asumen roles muy diferentes que exigen de ellos grandes transformaciones de sus aspectos físicos por lo que la película seguramente estará entre las que compitan por el “oscar” de mejor maquillaje visto en el año 2012.
La cinta combina, además, elementos muy representativos de los más conocidos géneros cinematográficos. Así hay secuencias, especialmente en la historia que toma lugar en el año 2144 y que se desarrolla en Nueva Seul, que parece proceder directamente de un filme de ciencia ficción; otra entronca con las cintas de acción violenta -al estilo de las películas centradas en persecusiones- como aquella que transcurre en el año 1973 y en una planta de energía nuclear de California. Otra se abre a lo cómico y fársico como la centrada en el actor Jim Broadbent, cuya acción ocurre en buena medida en un hogar para ancianos.
Película, por tanto, muy variada, Cloud Atlas utiliza profusa y llamativamente los recursos de que dispone el cine, asociados con los géneros que más gustan al público de hoy poníendolos a disposición de una trama a menudo confusa. Se pretende así probar ese principio tomado del libro adaptado, de la interconectividad de tiempos y personas que además son recurrentes.