Por: José A. Vélez
La edición número 25 del Festival de Jazz Heineken del 2015 se celebró durante los días 26 al 29 de marzo, en el Anfiteatro Tito Puente de San Juan.
Noche del jueves 26 de marzo
La primera noche del festival abrió con el Julito Alvarado Jazz Group & Friends. El grupo estaba integrado por Julito Alvarado en la trompeta, el bajo de Giovanni Ortíz, Francisco Alcalá en batería, Emanuel Rivera en piano, Elliut Cintrón en trombón y Enrique Serrano en percusión. Los que pudieron asistir informan que la música estuvo excelente, en fusiones con elementos de jazz latino, bop, danza, plena y hasta música árabe.
También participaron invitados especiales como el conguero William “Cachiro” Thompson en el tema “Mambo Loco”. El excelente pianista Luis Marín y el respetado bajista Pedro Pérez participaron en la selección “Para Un Corazón”.
El segundo turno de la noche correspondió al grupo del guitarrista Millo Torres y Planeta Jazz. Completaba la banda el excelente saxofonista Víctor Román, Gadwin Vargas en percusión, Angie Machado en trompeta, Josué Parrilla en piano, William Ortíz en el bajo y Rigo Collazo en batería más vibráfono. Planeta Jazz combinó elementos de blues, jazz, reggae, bossa nova y ska en su particular interpretación de temas como “Strawbery Hill” del pianista jamaiquino de jazz Monty Alexander; “Heathen” del profeta del reggae Bob Marley; “Bock To Bock” del maestro guitarrista Wes Montgomery; “Caravan” del trombonista puertorriqueño Juan Tizol y “Birks Works” del legendario Dizzy Gillespie. La concurrencia quedó muy complacida con la música presentada por Planeta Jazz.
Noche del viernes 27 de marzo
La noche abrió con el grupo del saxofonista puertorriqueño David Sánchez, figura de talla internacional. Por si esto fuera poco su grupo contaba con el estelar baterista mejicano Antonio Sánchez, el cual ha añadido a su destacado resumé el de ser el compositor de la banda sonora de la exitosa película “Birdman”. El resto de la banda estaba integrada por el joven y excelente pianista cubano Fabián Almazán, el talento del bajista Ricky Rodríguez y la participación especial de Jhan Lee Aponte en percusión y baile.
Casi todas los temas que tocaron fueron composiciones originales de David, como ”Ay Bendito” y “Morning Mist”. David hizo gala de su excelente y expresivo sonido en el saxofón tenor, con su característica combinación de hard bop, blues, jazz latino y bomba. Añadió también pasajes de sonidos del medio oriente en su bonita composición “Mirage” y en “Mi Triste Problema” de Don Tite Curet Alonso, la cual dedicó al compositor y al gran cantante Cheo Feliciano. La bella interpretación de este tema, donde se lucieron Almazán y el uso del arco en el bajo de Ricky, embelesó al público que les premió con un caluroso aplauso.
No obstante, el broche de oro consistió en la presentación de la bomba-jazz “A Thousand Yesterdays”, donde todos los integrantes lucieron al máximo. El solo de Almazán incluyó elementos melódicos así como percusivos. Sánchez brilló una vez más en la batería y Ricky proveyó un respaldo sólido al grupo. Jhan también respondió con un buen solo en el barril de bomba. Luego de su solo, David deja a un lado el saxofón para tomar el barril de Jhan y acompañar al invitado Amaury Pérez que tocó el barril principal. Jhan deleitó a todos en su impresionante baile de bomba, con interesantes pasos que fueron seguidos a la perfección por el barril de Amaury.
Cerraron su participación con el público puesto de pie para una merecida ovación.
El espectáculo continuó con la banda del renombrado bajista puertorriqueño Eddie Gómez. Eddie es considerado por muchos críticos como uno de los mejores bajistas en la historia del jazz. Su grupo contó con la participación de Javon Jackson en el saxofón, el piano de Adam Birnbaum y la venerable figura del baterista Jimmy Cobb de 86 años de edad. Cobb tiene una larga y exitosa historia acompañando a figuras de alto relieve como el legendario trompetista Miles Davis y al maestro Wes Montgomery. Jimmy es un maestro del tiempo, el bonito toque y excelentes cortes en la batería. El sonido de Eddie en el bajo es uno robusto con buena y definida presencia que también puede ser sutil. Su presencia sónica nos hace evidente que estamos ante la presencia de un verdadero líder musical. Eddie hizo gala de toda su gama de recursos técnicos a lo largo y lo ancho de todo el registro del instrumento, con líneas de pizzicato, “slapping” de las cuerdas, pedales armónicos, efectos percusivos y acordes entre otros. Su líneas de acompañamiento eran sólidas y excelentes pero también hubo muchos momentos en que sonaron como solos en sí mismos.
La música del grupo estuvo definida por los sonidos del hard bop y el cool jazz. El programa consistió casi en su totalidad de composiciones de Miles Davis o asociadas a este. La excepción fue el original de Eddie “Love Letter” dedicada a sus padres. Esta la tocó a duo con el piano y como parte de un medley con “I Thought About You”. Para la primera utilizó el arco generando un sonido cercano al registro bajo de un cello. Jackson y Birnbaum se desempeñaron muy bien pero a mi entender lo que más brilló fue el magistral dominio de Eddie y el impecable toque y sincronía de Jimmy en la batería. Como siempre la presentación de Eddie y su música gozó de muy buena acogida por parte del público.
El último turno de la noche le tocó al grupo Volcán lidereado por el gran pianista cubano Gonzalo Rubalcaba, con la participación del baterista Horacio “El Negro” Hernández, el bajista eléctrico José Armando Gola y el percusionista puertorriqueño Giovanni Hidalgo.
Los integrantes del cuarteto desplegaron talento al nivel de virtuosos en sus respectivos instrumentos. También fue evidente la gran sincronía entre sus miembros. El grupo desplegó gran energía e intensidad durante toda la presentación. Gola en su bajo eléctrico de seis cuerdas demostró un gran domino del instrumento y por momentos ejecutó líneas de guitarra eléctrica incluyendo fragmentos de acordes. Giovanni utilizó al máximo su conjunto de seis congas de manera magistral y en un par de ocasiones tocó también los timbales. El dominio de Hernández fue evidente en la batería. Gonzalo por su parte manifestó un lado un tanto más vanguardista y cerebral en el piano acústico y más fusionista en el teclado electrónico.
La oferta musical consistió principalmente de jazz afro-cubano con elementos de bop y toques de avant-garde, usualmente a gran velocidad. En la selección “Volcán Durmiente” combinaron ritmos del danzón, habanera y son cubano. En el tema de “El Cadete” que tenía rápidos cambios rítmicos, fue pasmosa la gran sincronía de los percusionistas y el bajista, con el piano.
La música deleitó al público que pidió una pieza adicional, siendo complacidos por el grupo.
El balance de la noche fue una de variada y excelente oferta musical, con talento internacional y local, que motivó a muchos a regresar para la noche siguiente del festival.