Por Luis Trelles
El binomio formado por Tim Burton como director y Johnny Depp en calidad de intérpetre ha venido ocupando las pantallas del mundo a través de las películas hechas en conjunto. De inició esta colaboración entre el ex-animador de los estudios Disney y el actor con Edward Scissorhands en el año 1990 y desde entonces aflora con regularidad en las salas oscuras. Se caracteriza además por lo llamativo de la presencia del intérprete que se deleita en el maquillaje y la vestimenta a fin de interpretar papeles muy singulares.
Dark Shadows, su más reciente colaboración, no se aparta de esa excentricidad manifiesta. En esta ocasión asume el papel de un vampiro del siglo XVIII que resurge en nuestro tiempo (año 1972) para reencontrarse con los actuales miembros de su familia, un cuarteto compuesto por dos hermanos y dos sobrinos a los que se agrega un siquiatra y enfrentarse de nuevo -en una relación muy compleja dominada por la carnalidad- a una bruja que desde tantos siglos transcurridos lo persigue y le hace la vida sumamente difícil.
El encuentro en época actual los enfrenta no sólo por la rivalidad odio-amor, existente entre ellos, sino porque Barnabás Collins (Johnny Depp) quiere proteger a su familia y a ello se opone y de qué manera la bruja mencionada. En un final tan impresionante como la secuencia inicial que antecede a los créditos de la cinta, el conflicto alcanza su máxima intensidad y también su recargado final.
Cinta de autor, éste -Tim Burton- utiliza como argumento una serie televisiva de hace algunos años transformada en guión cinematográfico por Seth Grahame y le imprime sus conocidos rasgos, entre ellos la preferencia por un personaje fuera de serie.
La realización del filme se distingue por los excesos, que se hacen muy evidentes al comienzo y la conclusión de la película. Entran así a jugar papel todos los recursos que asociamos con el “film gótico” como las angulaciones llamativas, la estridencia de la música y la combinación de diálogos y situaciones que entrelazan lo morboso y lo macabro con los toques de humor.
Nos pareció encontrar en la caracterización de Depp una clara semejanza con el vampiro creado por Murnau en su filme, Nosferatu, de 1992 así como con el hipnotizado César, convertido en asesino en El gabinete del Dr. Caligari.
Filme que no admite comedias tintas, Dark Shadows es la muestra más reciente del cine de Tim Burton, al que está tan asociado Johnny Depp. Este, acompañado de un nutrido reparto, sobresale más que Michelle Pfeiffer (tan poco vista en el cine reciente); Helena Bonham-Carter, compañera de Burton, para la que siempre hay un papel en sus cintas y Eva Green, que sobreactúa en el rol de la bruja.