Por Luis Trelles
Alfred Hitchcock, uno de los grandes directores del cine, se ha convertido recientemente en figura de actualidad en el medio tanto por una de sus películas,Vertigo, que acaba de desplazar a la clásica Citizen Kane, de Orson Wells, del primer lugar entre las mejores cintas de todos los tiempos como por haberse convertido en la figura central de dos filmes que giran en torno a su persona y a su obra.
Uno de ellos se mostró por televisión, se centraba en el obsesivo interés del director por la actriz Tippi Hedren, a la que utilizó como protagonista de su película de los años sesenta titulada The Birds. El otro proyecto se exhibe entre nosotros, ocupándose el mismo de su filme Psycho de 1959, estableciendo su génesis y ocupándose de su filmación. Se centra no sólo en Hitchcock sino en su esposa y asidua colaboradora, Alma Reville.
Hitchcock, por tanto, no es una biografía total del realizador sino una aproximación a un corto periodo de su existencia, aquél en que concibió la idea de hacer una cinta diferente, y al modo como convirtió en realidad tal proyecto.
Enfrentado a dificultades financieras que imposibilitaban el rodaje, al negarse la casa Paramount a aportar la suma necesaria, el realizador concibió la idea de financiarla por su cuenta, ayudado en todo el proceso por su esposa, Alma.
La película enfrentó otros obstáculos como la actitud contraria del filme al Código regulador de la producción y la interferencia de los ejecutivos de la Paramount para distribuirla.
El director logró al fin superar tantos obstáculos y Pyscho se convirtió e una película exitosísima en la que el maestro del “suspense”, como se conocía a Hitchcock, cambió su enfoque y su temática tradicional para abrirse a una violencia sádica y extrema en la famosa secuencia del asesinato en la ducha de la protagonista así como a motivos aberrantes en su trama, representados por su personaje central masculino, el enloquecido Norman Bates.
Hitchcock, por tanto, basa su trama en todos esos sucesos y el resultado en pantalla si no decepciona tampoco entusiasma, distinguiéndose sobre todo la película por su calidad interpretativa.
Su reparto se integra por Anthony Hopkins personificando al director y Helen Mirren asumiendo el papel de su esposa, Alma Reville. Es esta actriz la que más se destaca en el plano histriónico. Forma parte también del elenco Scarlett Johanssen que caracteriza a Janet Leigh, la protagonista de Psycho.
Hitchcock cuenta con sus momentos efectivos como la premiere de Pyscho observada con aprehensión y ansiedad por Hitchcock y con una acción paralela en la que se alterna la posible relación amorosa de Alma con un compañero guionista, con la obsesión del director por las famosas intérpretes rubias de sus filmes. En sus pasajes menos logrados introduce a un “fantasma” ( el hombre que cometió el crimen que sirve de base a la cinta) para establecer una suerte de comparación entre él y el realizador.