La radio que Brecht imaginó

Foto: Revista Terminal

Por Mariola Pagán

La radio podría ser el sistema de comunicación pública más maravilloso que se pueda imaginar… si fuera capaz, no sólo de transmitir, sino también de recibir, permitiendo así que el oyente, además de escuchar, hable. (Bertolt Brecht, 1930).

Si pudiese conversar con el dramaturgo Bertolt Brecht, probablemente tendría muchas preguntas que hacerle. Sin embargo, 86 años después de la cita previa, me gustaría poder dejarle saber que el sistema de comunicación pública tan maravilloso que él imaginaba, ya existe. Ahora bien, más que con un radioescucha que hable, me parece que esto se ha logrado mediante una representación que responde a los intereses de una audiencia repleta de diversidad; una audiencia que no está presente explícitamente, sino que está implícita en el contenido que se ofrece en cada transmisión radial.

Hoy día, la radio juega un papel clave como recurso comunitario debido a que tiene la virtud de poder llegar a cualquier rincón del mundo. En muchos países donde la exclusión y la desigualdad social es significativa, la radio es el único medio con la capacidad de proveer programación educativa, entretenida e informativa a una amplia diversidad de audiencias, desde sectores académicos hasta poblaciones analfabetas. Por esta razón, cada vez son más las emisoras locales que no sólo buscan transmitir información de contenido popular, sino que cultivan un espacio para el desarrollo de discusiones pedagógicas y la exposición de propuestas tanto políticas como culturales.

Actualmente se conocen tres tipos de emisoras de radio: comercial, estatal y comunitaria. A diferencia de la comercial y estatal, el concepto de “radio comunitaria” se destaca porque tiene una oferta educativa variada y además busca atender los intereses y las necesidades de comunidades que son ignoradas por los medios de comunicación tradicionales. En este sentido, conocer el contexto de cada comunidad no se trata de identificar qué temas van a generar más tráfico, sino que forma parte de un compromiso con el pensamiento crítico de los ciudadanos.

En Puerto Rico, WIPR comenzó a transmitir en 1949, con programación educativa y cultural. Actualmente, opera dos estaciones radiales: WIPR 940 AM y Allegro 91.3 FM, que gira en torno a la música clásica.

Por otra parte, Radio Universidad es la segunda emisora pública fundada en Puerto Rico, en 1980. Es hoy una cadena de emisoras públicas adscritas a la Escuela de Comunicación de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Radio Universidad puede ser sintonizada en las frecuencias WRTU 89.7 FM y WRUO 88.3 FM. Su programación se compone de transmisiones de música clásica, popular, folclórica y jazz e incluye, igualmente: noticias, servicios públicos y programas especiales sobre eventos políticos y culturales de Centro América, Sur América y el Caribe. El alcance de Radio Universidad está cerca de los 2.9 millones de habitantes y puede ser escuchada en vivo a través de Internet.

Cabe señalar que Radio Universidad esta suscrito a multiples servicios internacionales como Radio Francia Internacional, y pertenece a organizaciones internacionales como la Asociación de Radios Públicas y Universitarias de América Latina y el Caribe (ARPUALC).

Desde que comenzó a operar en febrero de 1980, Radio Universidad no ha fallado en mantener un balance justo entre sus 168 horas de programación semanal. Su éxito radica, en gran medida, en la capacidad de transición con la que presenta una amalgama musical sin desatender las conversaciones socialmente pertinentes. Como consecuencia, ha sido reconocida internacionalmente por su sobresaliente calibre cultural.

Si bien es importante celebrar los méritos y los reconocimientos en grande, el valor de las emisoras con enfoque pedagógico y comunitario no yace únicamente en ese tipo de logro sino en su compromiso de “construir ciudadanía y una cultura de vida más cercana a nuestras necesidades reales de progreso humano” (Chaparro, 2005). En un momento histórico como éste, en el que tantos medios persiguen los ratings y lo banal, la radio construida desde una concepción horizontal en función de la educación social es, sin lugar a dudas, un acto ante el cual quitarse el sombrero.