*Este artículo fue publicado originalmente por NPR.org*
Más que una radionovela sentimental
Imagínese. Usted es un estudiante de 15 años de edad, en un pueblo remoto que cuenta con tal vez un par de cientos de residentes, a millas de la ciudad más cercana. No hay televisión. El servicio de telefonía celular es irregular. El camino de tierra a su pueblo se inunda con frecuencia. Su enlace con el mundo exterior es el radio de la familia.
Poner en volumen máximo la radio una tarde para escuchar lo último en música, pero en vez, coger el primer capítulo de una radionovela de 5 a 7 minutos. El personaje principal es una mujer joven, de 16 años de edad. A lo largo de 30 episodios, queda embarazada y se entera de que su novio es usuario de drogas. Ella está avergonzada por el embarazo, sus padres aún más. El estrés y la depresión se agudizan tanto que ella piensa en el suicidio.
Este novela, titulada Bahati (nombre del personaje principal) no se limita a contar una historia. Después de cada episodio, un presentador habla de cómo la depresión es un factor en la vida de los personajes y habla de lo que se puede hacer para mejorar las situaciones allí expuestas.
La depresión es poco conocida y poco entendida en partes del este de África, afirma el psiquiatra Stan Kutcher, de la Universidad de Dalhousie en Halifax. Ha trabajado con la organización benéfica canadiense Farm Radio International (que durante años ha traído noticias agrícolas a zonas remotas en África) para diseñar el proyecto, que también es apoyado por teenmentalhealth.org. El primer show salió al aire en Malawi y Tanzania hace un año y medio.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la depresión es la causa principal de discapacidad entre los adolescentes alrededor del mundo. En países pobres con poco acceso a servicios de salud mental, es particularmente importante abordar la cuestión, dice Kutcher: “Sabemos que la identificación temprana y el tratamiento temprano eficaz hacen un gran impacto no sólo al momento del tratamiento, pero durante toda la vida”. Kutcher presentó los detalles en una reunión sobre salud mental global esta semana en Washington, DC, patrocinado por el Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud.
La radionovela, con guiones escritos por escritores locales y adolescentes, se ocupa de las tensiones y presiones que enfrentan los jóvenes. Por lo general, hay uno o dos personajes luchando con depresión y, a veces, sentimientos suicidas. Los episodios se reproducen a menudo en los clubes escolares de radioyentes, donde los adolescentes discuten la última entrega entre sí y con sus maestros. Los presentadores de programas radiales conocen los recursos que están disponibles en los pueblos y ciudades donde las personas le escuchan. Durante e inmediatamente después del segmento, los adolescentes pueden preguntar por medio de mensajes de texto o llamadas.
Los adolescentes han escrito queriendo saber qué hacer acerca de estar tan triste que no pueden salir de la cama; o qué hacer si han sido victimas de violaciones y han perdido todo interés en las cosas que solían disfrutar.
En total, medio millón de adolescentes y adultos jóvenes viven en las zonas donde se realizan las radionovelas, y, dice Kutcher, “las encuestas muestran que son los programas más populares en la radio”.
La depresión es algo que la gente simplemente no habla en dichas comunidades. En Malawi, no había ninguna palabra para depresión en el idioma local. Los proveedores de salud y entrenadores que diseñaron el proyecto inventaron, literalmente, un término para la depresión – nkhawa – que básicamente significa “enfermedad de las preocupaciones”.
Kutcher y otras personas involucradas en el proyecto pusieron a prueba los conocimientos usados en el programa antes de que comenzaran a transmitirse hace un año y medio atrás. Al principio, “pocos sabían lo que era la depresión o sabían sobre los conceptos de salud y enfermedad mental”, dice. A menudo la gente piensa que los síntomas de la depresión u otras enfermedades fueron causados por hechizos lanzados sobre ellos; muchos creían que nada podría ayudarlos.
En las discusiones posteriores a la radionovela, los oyentes aprenden que hay formas en que pueden ayudarse a sí mismos. Dormir lo suficiente. Ejercitarse. Hablar con un miembro de la familia o un amigo. Ellos aprenden acerca de la terapia de conversación y dónde podría estar disponible. Oyen acerca de los medicamentos que pueden tratar la depresión, entre muchas otras cosas. El proyecto incluye la capacitación de trabajadores de la salud para reconocer y tratar la depresión. Al igual trabaja con los gobiernos de los dos países para lograr medicamentos disponibles para los jóvenes que los necesitan.
Los desarrolladores del proyecto hicieron un estudio móvil de 4.000 jóvenes en Malawi y Tanzania antes de que los programas radiales comenzaran y repitieron la encuesta después de las novelas haber estado en el aire. Más adolescentes entienden al menos algo sobre la depresión y dijeron que buscarían ayuda si se sintieran deprimidos.
¿Y los adolescentes? La directora del proyecto Heather Gilberds dice que muchos de ellos han dicho que no sabían que estaba bien hablar sobre sus pensamientos, y no se habían dado cuenta de que algo se podía hacer sobre su dolor.
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