Por Luis Trelles
Emilio Aragón es un director español, descendiente del payaso Miliki, uno de los componentes del trío formado por Gabi, Fofó y Miliki que tan popular fue a través de sus presentaciones y programas televisivos. Pájaros de papel, reciente producción de Aragón que se exhibe actualmente entre nosotros, nos retrotrae al pasado español, específicamente a los días que siguieron a la conclusión de la guerra civil librada entre los años 1936 y 1939.
Fue una época caracterizada por el dominio avasallador del régimen franquista y por las insuficiencias y las carestías durante los años que siguieron a la terminación del conflicto. En ese mundo se sitúa la trama de la película. Sus protagonistas adultos son un músico, Jorge del Pino y un ventrílocuo, Enrique Corgo, éste último homosexual y mucho mayor que su compañero que sueña con emigrar a Buenos Aires para vivir una existencia mejor. Del Pino, en cambio, vive endurecido y apesadumbrado por la muerte de su familia en un ataque aéreo en los días finales de la guerra. A ellos se une un niño, Miguel que busca afanosamente a su madre, desaparecida a consecuencia del conflicto. Este trío se convertirá en la razón de ser de la cinta, destacándose también la cupletista Rocío Moliner que logra cautivar al alcalde de un pueblo español al que visitan con su espectáculo y encontrar así una existencia segura y protegida.
Con estos personajes y a través de la recreación de un ambiente que altera entre el mundo del teatro de variedades y el desplazamiento rural transcurre la trama de Pájaros de Papel.
El resultado en pantalla es el de una película muy sentimental que culmina con una secuencia en la que los personajes perseguidos intentan huir, marchándose del país a toda prisa a fin de evitar su captura por la guardia civil y posible ejecución.
Filme de intérpretes, dominan la producción Imanol Arias, Lluis Homar, Roger Príncep y Carmen Machi (La coprotagonista de Que se mueran los feos).
Imanol Arias, en especial, ofrece su mejor actuación en mucho tiempo, presidida por una recia sensibilidad que impide que caiga en lo melodramático. Junto a él, Llui Homar como su compañero y amigo resulta acertado en su composición de ese otro personaje que contrasta tan abiertamente con el de Imanol Arias. Finalmete Roger Príncep sobreactúa en su rol del niño que se les une y Carmen Machi, como en Que se mueran los feos, aporta gracia y picardía a su papel de la cupletista.