Por Luis Trelles
Tributo a Pina Bausch, fallecida a los 68 años de edad en 2009, Pina es un filme concebido y dirigido por Wim Wenders y hecho posible a base de la contribución de los miembros de la compañía de danza moderna de la Bausch.
Como cinta de homenaje todos los números que se muestran en la cinta, una de larga duración -103 minutos- responden a las ideas y conceptos de la coreógrafa y vienen precedidos de las caras de los componentes de su grupo en distintos idiomas (alemán, francés, español, italiano y portugués) hablan de frente a la cámara mientras destacan las ideas de Pina Bausch.
Lo que importa pues en esta película es la diversidad de sus danzas que se ejecutan ante los espectadores en una sucesión de “escenarios” que van desde aquéllos tenebrosos (por la escasa presencia de la luz) de los inicios hasta otros ejecutados en los más diversos lugares que abarcan desde calles de la ciudad hasta grandes espacios que se corresponden con los más agrestes paisajes.
La obra de Pina Bausch, tal como se muestra en el filme de Wenders, enfatiza la expresividad del movimiento corporal y la gestualidad como medios de expresión mucho más poderosos que las palabras que se limitan a evocar tan sólo, sin representar como lo hace la danza, emociones, sensaciones y situaciones.
Los números pueden ser ejecutados por un grupo de danzantes o caer en el dominio de una sola pareja que expresa sus emociones.
Esa sucesión de presentaciones está acompañada muchas veces de canciones que complementan lo que se quiere expresar por la danza.
Esa suseción de presentaciones forman el motivo de este documental y nos refieren a su autor, Wim Wenders. Se trata de uno de los directores asociados en los años setenta con el surgimiento de lo que se dio en llamar el “nuevo cine alemán”, movimiento en el que sobresalieron como sus mejores exponentes, Rainer Werner Fassbinder, Werner Herzog y el propio Wenders.
Wenders a través de una obra que se extiende por más de 30 años ha plasmado en la pantalla obras como The Scarlett Letter, basada en la novela escrita por Nathaniel Hawthorne (1973) y ha recibido en una ocasión la Palma de Oro del Festival de Cannes por su película Paris, Texas del año 1984. Ha co-dirigido además con Michelangelo Antonioni la cinta titulada Beyong the Clouds en 1996.
Su experiencia y originalidad en el manejo de los recursos cinematográficos se ponen una vez más de manifiesto en este filme en tributo de Pina Bausch.