Por Luis Trelles
Hay que cuidarse de los solitarios, personas a las que no se les conoce ni familiares ni amigos. Vagan por la ciudad aparentemente sin oficio ni beneficio pero a menudo se vuelven individuos peligrosos, capaces de los mayores excesos y de crímenes horrible.
El cine, en especial, ha hecho de estas figuras personajes centrales de sus películas, algunas de calidad indudable como ocurrió a principios del sonoro con el protagonista de M, raptor y asesino de niñas, magistralmente interpretado por Peter Lorre.
Hoy Nightcrawler nos ofrece un ejemplo más, y por cierto muy logrado, de un personaje así. Lo interpreta -en una actuación muy diferente de las que no tiene acostumbrado- Jake Gyllenhaal. Sostiene con su caracterización a la película, moviéndose por Los Ángeles e intentando de una manera u otra encontrar trabajo. Se decide por intentar una carrera como ‘videografo’ o buscador de eventos sensacionalista como crímenes, asaltos, robos y otros semejantes para la televisión.
Poco a poco se va ganando la confianza y el entusiasmo de la directora de noticias para quien trabaja (papel que interpreta Rene Russo) sirviéndose para ello de la ayuda de un asistente, un joven sin techo ni albergue, que se convierte en su acompañante en las diversas excursiones nocturnas que hacen por la ciudad, a la caza de sucesos sangrientos. Este personaje se vuelve instrumental en el último trabajo emprendido por el dúo, con resultados funestos para su persona. La película, exhibida en el festival de Toronto, se convirtió en una de las más celebradas.
Estamos ante una cinta que por su tema, el talante de sus personajes y -sobre todo- por la ambientación que domina el filme se vuelve ejemplo del film noir.
Nightcrawler se caracteriza por su efectividad dramática; la calidad de su camarografía, obra de Robert Elswit; la tersa dirección dada al proyecto por su realizador, Dan Gilroy y -sobre todo- la interpretación que ofrece Jake Gyllenhaal, caracterizada por su intensidad dramática, que transmite con toda su fuerza la personalidad perturbada de su protagonista. Éste es capaz de asumir por momentos rasgos agradables si eso ayuda a sus propósitos ocultos pero denominado por una maldad intrínseca que hace referencia a un desquiciamiento de su personalidad.
Esta actuación probablemente lo convierta en uno de los nominados para la próxima entrega de los premio Oscar. Junto a él, Rene Russo no desmerece dada la fiereza e intensidad que aporta a su papel de una profesional del medio televisivo, capaz de todo, con tal de mantenerse en su puesto y de competir con ventaja frente a sus competidores.
Nightcrawler es un filme de probada excelencia y de cinismo y maldad evidentes que recuerda otras cintas del pasado como Ace in the Hole, sobre el periodismo sensacionalista. Su protagonista como el de la cinta mencionada no cede ante nada ni ante nadie cuando se trata de alcanzar la preeminencia en un mundo tan competitivo como el de las telecomunicaciones.