*La segunda de una serie de cuatro reseñas realizadas por el productor del programa musical Jazz en seis cuerdas, Jose A. Velez, sobre el Heineken Jazz Fest 2016, celebrado del 17 al 21 de marzo*
Noche del viernes 18 de marzo
La noche del viernes fue dedicada al jazz latino, ofreciendo también fusiones con elementos como los blues, el funk, bebop, rock y hasta música jíbara puertorriqueña.
Foto por Joe Colón.
El primer turno fue para fue para la banda del popular trompetista Charlie Sepúlveda, “The Turnaround”. La banda consistía de un sexteto completado por la batería de Francisco Alcalá, el respetado Gabriel Rodríguez en el bajo eléctrico, el saxofón tenor de Norberto Ortíz, el pianista dominicano Bienvenido Dinzey, Gadwin Vargas en las congas y una invitada sorpresa.
El primer número que tocaron fue “Sepúlveda Boulevard”, un jazz latino compuesto por Norberto. El mismo contó con buenos solos de trompeta, saxofón, piano, batería y congas. Inmediatamente fue evidente que tanto Charlie como Norberto se encontraban en excelente forma.
Al presentar su pieza titulada “Liberty”, Charlie explicó que esta basada en los primeros acordes del clásico número de Charlie Palmieri, “La Libertad, Lógico”. Esta pieza resultó ser un bop latino. Para la misma Charlie utilizó un pedal de efecto electrónico para la trompeta, con interesantes resultados y excelente sonoridad.
La presentación continuó con un clásico del repertorio de los Beatles, “Come Together”, a rítmo de funky bop. La interpretación incluyó solos de trompeta, saxofón y batería, además de un interesante solo del bajo eléctrico de cuatro cuerdas.
Para la interpretación de “Summertime”, Charlie presentó a su invitada especial como su arma secreta. Se trataba de Didi Romero, hija adolescente de la muy conocida vocalista Deddie Romero, quien también ha trabajado con el líder. La pieza fue introducida por trompeta con sordina a rítmo de funky jazz blues lento. La voz de Didi resultó ser toda una revelación, con buena inflección vocal, buena modulación e imprimiéndole el acento sentimental propio de los blues. Lo anterior fue complementado con buenos solos de trompeta y del piano. El público vitoreó el excelente desempeño de Didi.
“Luquillo Blues” es dedicada al pueblo donde reside Charlie en la actualidad y donde lleva organizando y celebrando un exitoso festival anual de jazz que ya lleva cuatro años.
La balada jazz “My Dear One” es una composición de Charlie dedicada a su hija. Resultó muy relajante debido a su bella melodía.
El grupo cerró su participación con el clásico “Puerto Rico” de Chalie Palmieri. El público aplaudió muy complacido con la música de “The Turnaround”.
Foto por Joe Colón.
La música continuó con la tan esperada participación de Ralph Irizarry y su “Timbalaye”. La agrupación se había presentado en el festival hace ya diecinueve años, pero en dicha ocasión no lograron completar la misma debido a ráfagas que desplomaron parte de la tarima. Irizarry explicó que llevaba años ansiando regresar al festival para realizar lo que no pudo completar en aquel entonces, tocar para su público de Puerto Rico. El experimentado veterano cuenta con un vasto historial de trabajo con figuras tales como Rubén Blades y Los Seis Del Solar, Earl Klugh, Juan Luis Guerra, Cachao, Ray Barreto y Celia Cruz entre muchos otros.
La actual edición de Timbalaye incluye talento boricua como internacional. En el piano tenía al dominico-boricua Adán Pérez, el chileno Aníbal Rojas en saxofon, el cubano Dennis Hernández en trompeta, el venezolano Roberto Quintero en las congas, y los puertorriqueños Omi Ramos en trombón, y Alex Ayala en el bajo.
Timabalaye es otro grupo que cuenta con una excelente línea frontal de vientos armonizados que toca la mayor parte de los temas, aunque en otras ocasiones esta función es cubierta por el piano.
El concepto musical del grupo hace uso extenso de la bomba, como en “Bomba Mundo”, el cha-cha, mambo y jazz latino en general. “No Apparent Reason” comenzó como un cha-cha jazz con cambio a danzón y luego regresó a cha-cha, con una bonita melodía ejecutada exquisitamente por la línea frontal de instrumentos de viento. Dennis tomó un solo en el fiscornio con muy bonito sonido. Roberto tocó conga y el guiro a la vez con excelente sentido rítmico. Para mi gusto, este fue uno de los mejores números de la presentación.
“Rumba Jam” era un número rápido, con cambios y cortes demandantes pero ejecutado a perfección por todo el grupo. Cerraron su presentación con un excelente villarán jíbaro titulado “Monte Adentro” de la autoría de Ricardo Pons, con buenos solos del trombón y del bajo eléctrico. La audiencia los despidió con entusiasmo por el buen trabajo musical de Timbalaye.
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Foto por Joe Colón.
La noche culminó con la presentación del quinteto lidereado por el virtuoso guitarrista argentino Luis Salinas. Muchos ignoraban que aunque Salinas era escasamente conocido por nuestro público general, el ya había pasado temporadas tocando en Puerto Rico, tan temprano como desde la década de los ochenta. Completaban el quinteto, Alex Tosca Laugart en teclados, Argenis Luis Peña en batería y percusión miscelánea, Ricardo J. Martínez en bajo, y el hijo del líder Juan Salinas, en guitarra eléctrica “solid body”.
Salinas logró la atención y simpatía del público casi inmediatamente debido a su carisma escénico y a su excelencia musical. El hombre es todo un “showman” en la tarima. Durante casi todo el concierto utilizó una guitarra electro-acústica marca Godin con cuerdas de nilón. El tema de apertura fue el medley de “El Día Que Me Quieras”, en combinación con el tema original “La Salsalina”. El virtuosismo de Luis se hizo evidente de inmediato. Pulsaba las cuerdas con los dedos, ejecutando melodía, arpegios y acordes al mismo tiempo, con gran flexibilidad y maestría. Todo esto unido a una gran sensibilidad musical, gran dominio rítmico y de los cambios de dinámica. Como líder, tiene una gran química con su banda, que logra envolver a todos los integrantes de manera total y entusiasta.
Otro elemento notable era lo variado e interesante del repertorio, combinando el jazz en fusiones de bop, latino, bolero, balada y rock. Un buen ejemplo de esto fue el número original “Cha Cha Rock”, cuyo título lo dice todo. En el mismo pudimos disfrutar de buenos solos de piano, batería y de guitarra, donde Salinas citó el clásico de Dizzy Gillespie, “Night In Tunisia”. Juan, de unos 17 años de edad, resultó ser una revelación en la guitarra eléctrica, pulsando las cuerdas con una técnica mixta de dedos y plectro. Sus excelentes solos estan más orientados al jazz-rock y los blues, con su propia personalidad musical. Después de los solos individuales, entraron en un interesante intercambio de frases entre ambas guitarras. Luis también realizó un solo de guitarra al unísono con vocalizaciones que duplican lo que toca en la guitarra. Esto es algo similar a lo que hace uno de sus patrocinadores iniciales, el gran George Benson, pero al estilo propio de Salinas.
En la balada “Cuenta Conmigo”, Salinas cantó el tema acompañándose en la guitarra. Además del solo de guitarra, hizo también un solo vocal en “scat”. También escuchamos un solo de Juan, desmostrando mayor versatilidad de lo que habíamos pensado inicialmente.
Otra agradable sorpresa fue la composición de Salinas titulada “Para Cheo Y Papo Lucca”, en un obvio homenaje a esos dos grandes de la salsa. Aquí se hizo evidente la buena química musical entre la guitarra de Luis y el piano de Alex. Nuevamente disfrutamos de un intercambio de breves solos entre ambas guitarras.
Para la pieza de jazz latino “Vamos Por Ahí”, Salinas tomó su guitarra eléctrica solid body imitación del modelo Les Paul. El venezolano Roberto Quintero se unió al grupo como invitado y nos brindó un solo de congas. Juan tomó un solo en jazz-rock. Salinas continuó con una breve interpretación solista para guitarra y voz de “Alfonsina Y El Mar”.
El número final de “Muy Latino”, se convirtió en un vehículo para una descarga o “jam session”, con la adición de los percusionistas Roberto Quintero, Ralph Irizarry, Gadwin Vargas y el saxofonista chileno Aníbal Rojas. Hasta el presentador Braulio Castillo hijo se unió tocando el guiro. Eventualmente el rítmo cambia a samba y luego a otras variantes de salsa y jazz latino. En su solo Salinas citó el standard “Blue Bossa”. Alex utilizó tanto el piano como el órgano para su solo. Hubo también solos de saxofón y de los distintos percusionistas.
El público los recompensó con una cálida ovación, altamente complacidos con el espectáculo.
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