Hay películas que sobresalen en razón de sus actuaciones, Ese es el caso de la cinta de estreno Silver Linings Playbook, cuyo protagonista masculino es Bradley Cooper, un intérprete perteneciente a la nueva generación que se impone en Hollywood y que lleva como compañera de reparto en este filme a Jennifer Lawrence y asumiendo papeles secundarios a Robert de Niro y Jacki Weaver.
Cooper se hace cargo del papel de Pat, alrededor del cual gira la cinta. Se trata de un hombre joven aquejado de un desorden mental que lo hace, entre otras cosas, añorar constantemente a su esposa. Esta le ha sido infiel y ha obtenido una orden de alejamiento de su marido, que se encuentra recluido en una institución para trastornos síquicos, de la cual sale al comienzo del filme.
Regresa con su madre ( Weaver) al hogar familiar donde le espera su padre ( De Niro), ávido fanático de un equipo de fútbol de la ciudad de Filadelfia. Conoce allí a una viuda (Jennifer Lawrence) también muy afectada por la inesperada muerte de su marido, perteneciente a la policía local. Se establece entonces una relación complicada entre ellos, caracterizada por los frecuentes choques verbales.
El modo como se resuelve el conflicto descansa tanto en la afición al baile de la co-protagonista del filme que la mueve a obtener de Pat su asentimiento para formar pareja con ella y aparecer en una competencia local como en otra afición, ésta de índole deportiva, de su progenitor.
La película le ofrece a Bradley Cooper una oportunidad para desplegar su habilidad tanto para la comedia como para el drama y el joven actor la aprovecha cabalmente. Por ello ha obtenido una nominación en la categoría de interpretación masculina protagónica para los óscars, recién anunciada.
Lo mismo ha ocurrido con Jennifer Lawrence, Robert de Niro y Jackie Weaver, todos igualmente nominados por sus actuaciones en esta cinta.
Por lo demás el filme, que figura como fuerte candidato a los premios de la Academia con ocho nominaciones, cuenta con un guión basado en una novela de Matthew Quick, publicada en el 2008.
La dirección, a cargo de David O. Russell, igualmente nominado, se caracteriza por la alternación entre pasajes discursivos con otros en que se hace muy presente la acción y por el giro igualmente sorpresivo que toma la trama, al abandonar su intensidad dramática reiterativa en favor de un tratamiento de comedia romántica. Este giro se hace evidente y se posesiona del filme en sus secuencias finales.
Silver Linings Playbook es, en resumen, un estreno dominado por las actuaciones, tanto las centrales como las secundarias.