Por Luis Trelles
Una secuencia extraordinaria que precede al título de la nueva película del agente secreto 007, James Bond, titulada Skyfall, nos recuerda la longevidad de la serie, una que acaba de cumplir 50 años, porque repite elementos de una fórmula muy exitosa, superándolos.
Es extraordinaria esta secuencia porqué aúna los elementos característicos y bien conocidos de las cintas de Bond en sus momentos de acción y persecución: autos que marchan a toda velocidad, persecución furiosa en motora por los techos de las casas de Estambul y la continuación de la secuencia colocando al perseguidor (Bond) y al perseguido sobre los coches de rápido tren. Finalmente la caída espectacular del agente secreto 007 en una catarata y su inmersión en lo profundo del cuerpo de agua que fluye por el lugar, coloca a Bond en situación más que difícíl para sobrevivir.
¿Posible tal cosa estando mal herido? Parece por unos cuantos minutos que la muerte de Bond al fin se ha dado en la cinta perteneciente a la serie en progreso, que ya cuenta con 23 películas. Como en cine todo es posible, Bond milagrosamente se recupera y así hace posible la continuación de Skyfall.
La cinta combina lugares exóticos como Estambul, Shangai y Macao con secuencias que ocurren en Londres, hasta donde tiende su brazo mortífero el terrorismo internacional.
En esta ocasión el agente secreto 0007 se enfrenta a un archi-enemigo que se hace presente en la cinta, cuando esta avanzada, interpretado por Javier Bardem, resulta en un villano diferente, capaz de orquestar la máxima destrucción y de poseer características impensadas que se hacen muy evidentes.
Otra nota distintiva de Skyfall es el protagonismo que asume M, caracterizada como de costumbre por la actriz Judy Dench. pasa del segundo plano que solía ocupar en estas produciones a la de figura importantísima, sobre todo a la conclusion del filme.
En la mención de los intérpretes que intervienen en la cinta, dos otras figuras asumen roles de diversa importancia. En el caso de Ralph Fiennes, este actor se ocupa del rol del nuevo superior de la agencia que dirige M y se convierte en su opositor y en el supuesto de Albert Finney, interprete ya muy envejecido, este solo aparece en unas pocas escenas que se materializan a la conclusión del filme.
A más de estas sorpresas en el reparto, Daniel Craig personifica a James Bond con la misma seguridad y aplomo de sus apariciones anteriores en dicho papel y San Mendes se ocupa de la dirección. Dota al filme de un desarrollo oscilante que empieza y concluye con formidables secuencias de acción. En la parte intermedia del filme, en cambio deja que los interpretes asuman sus roles con la concentración y el aplomo que distingue a los actores británicos.
Estamos, pues, ante una nueva cinta del Agente Secreto 007 que compara con las anteriores y aun las supera.