Por Luis Trelles
Hay películas que dependen de un sólido intérprete para su éxito con el público. Otras, en cambio, carecen de esa presencia. Ese es el caso de Thin Ice, película de estreno que lleva como protagonista a Gregg Kinnear, formando parte de su reparto Alan Arkin, un avezado intérprete, quien a su avanzada edad interviene en el filme.
El argumento de la película nos desplaza a un lugar nada conocido de los Estados Unidos, salvo para los cinéfilos. Se trata de Kenosha, localidad del estado de Wisconsin en la que nació esa figura señera del medio que fue Orson Welles, cuya cinta Citizen Kane (El ciudadano) ha logrado por varias décadas figurar a la cabeza de las diez mejores cintas de todos lo tiempos, a juicio de más de un centenar de críticos y estudiosos preguntados sobre ese particular por la revista especializada Sight and Sound.
En Kenosha, pues, se encuentra Mickey Prohaska (Gregg Kinnear) en busca de nuevos clientes a quienes asegurar como manera de hacer más próspero su negocio y lograr así -tras reconciliarse con su ex-esposa (Lea Thompson) – escapar de la helada realidad de Wisconsin, representada por la dureza de su clima en invierno.
Un encuentro casual con un granjero (Alan Arkin) lo hace conocedor de que éste ha recibido en herencia de su hermana un violín, cuyo gran valor ignora. El protagonista decide aprovecharse de la ocasión.
Las dificultades para lograr su propósito no tardan materializarse ya que un cerrajero desequilibrado (Billy Crudup), a quien sorprende llevándose un reloj de la casa del granjero, complica en extremo su situación haciéndolo cómplice del asesinato del granjero y de la disposición de sus restos al depositarlos en el fondo de un lago congelado.
Se suceden así situaciones cada vez más desesperadas para el protagonista que se ve más y más complicado en tan terrible asunto.
Una conclusión sorpresiva y que es posible que no satisfaga a los espectadores, pone punto final a esta cinta que combina elementos de comedia negra con pasaje propios de un filme de acción.
Cinta de pocos personajes, de escasos escenarios y de costo evidentemente reducido, Thin Ice descansa casi de manera absoluta en la actuación de Kinnear. Este actor que está próximo a cumplir 50 años y que se inició en la televisión para pasar después al cine, logró una nominación para los premios de la Academia en el año 1997 en la categoría de mejor actuación masculina secundaria en Good as It Gets.
En Thin Ice no logra, sin embargo, y pese a su experiencia, cumplir convincentemente con las exigencias de un papel que tiene mucho de sombrío y desesperado y que ofrece escasas aperturas para lo romántico y lo jocoso, sus fuertes en cine.